lundi 31 octobre 2011

La ciudad expresaba un cosmograma que la alzó como autoridad sagrada y militar: Sugiyama
Teotihuacán proclamó su dominio a través de su edificación: experto
La construcción de las pirámides del Sol, la Luna y de Quetzalcóatl se basó en un patrón equivalente a 83 cm, sostiene el arqueólogo japonés durante una mesa redonda dedicada a la zona
Javier Salinas Cesáreo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 31 de octubre de 2011, p. a10
Teotihuacán, Méx., 30 de octubre. La ciudad de Teotihuacán fue creada para expresar un cosmograma con un complejo mosaico de calendarios y ciclos astronómicos a una escala excepcional, lo que favoreció a las elites proclamar su autoridad sagrada, política y militar, afirmó Saburo Sugiyama, arqueólogo japonés, del departamento de antropología de la Universidad Estatal de Arizona.
En el marco de la quinta mesa redonda de Teotihuacán: investigaciones recientes, centro y periferia, Saburo Sugiyama explicó que la construcción de las pirámides del Sol, de la Luna y de Quetzalcóatl, en esa zona arqueológica, podrían haber estado basadas en la unidad numérica de 83 centímetros, debido a la constante presencia de esta unidad en la arquitectura teotihuacana.
Señaló que cada uno de los tres monumentos con mayores dimensiones de Teotihuacán se diferencian por la ubicación, tamaño, forma y simbolismo. Sin embargo, están relacionados, pues la ciudad fue construida a través de una o varias planificaciones urbanas estratégicas que los integró en un todo.
Detalló que a partir de cálculos basados en las medidas de estas construcciones se determinó la constante presencia de dicha unidad métrica: La posible medida longitudinal utilizada por los antiguos arquitectos teotihuacanos corresponde a una base numérica compuesta por 83 centímetros, porque es la cantidad que, multiplicada por 4 o múltiplos de 4, se repite constantemente en las medidas de las edificaciones del sitio prehispánico.
Indicó que la alfarda, la escalera y la distancia entre las esculturas de cabezas de serpiente de la pirámide de Quetzalcóatl son algunos ejemplos de donde se encuentra la unidad métrica de manera constante.
La alfarda mide 1.66 metros de longitud lo cual corresponde al doble de la unidad que sugiero; lo mismo pasa con la distancia entre las cabezas de serpiente que es cuatro veces la unidad (3.32 metros), o con el largo de la escalera, 13.2 metros, lo cual equivale a 16 veces la unidad, y así sucesivamente. También se puede observar este patrón numérico en las pirámides del Sol y de la Luna, así como en la Ciudadela, donde 83 es la base que se multiplica constantemente.
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Las pirámides del Sol, la Luna y de Quetzalcóatl se edificaron con una escala de múltiplos, explicó SugiyamaFoto José Antonio López
En su conferencia Cosmograma y política plasmada en la planificación urbana de Teotihuacán, el también investigador de la Universidad Prefectural de Aichi ofreció una explicación tentativa del significado simbólico y las funciones sociopolíticas de las tres grandes edificaciones, así como una interpretación de la traza urbana de la antigua ciudad.
Hallazgos sobresalientes
Recordó que la pirámide de las Serpientes Emplumadas se exploró intensivamente en la década de 1980, cuando se descubrieron entierros con abundantes ofrendas simbólicas que confirmaron una práctica de sacrificio humano masivo.
Posteriormente, la pirámide de la Luna se exploró mediante varios túneles entre 1998 a 2004, lo cual permitió conocer la historia e la construcción del monumento; además del descubrimiento de cinco complejos de entierro-ofrendas con un alto contenido simbólico.
El complejo arquitectónico de la pirámide del Sol se exploró de nuevo recientemente, y se descubrieron algunas subestructuras, entierros y ofrendas que pertenecen a épocas tempranas de Teotihuacán.
Los datos obtenidos en los tres monumentos durante las décadas recientes permiten interpretar mejor la ideología político-religiosa plasmada en el gran centro ceremonial, así como entender mejor las características del gobierno teotihuacano, apuntó Saburo Sugiyama.
De manera independiente, el proyecto pirámide de la Luna llevó a cabo un levantamiento topográfico y arquitectónico de los tres monumentos explorados y de la zona nuclear de la urbe.
“Este detallado plano tridimensional facilitó realizar un estudio espacial que ofrece una perspectiva de cómo se desarrolló la ciudad; aunado a esto, el plano aporta información sólida y precisa para estudiar la orientación de los monumentos y el sistema de medida teotihuacano.
Lo anterior indica que la ciudad fue creada para expresar un cosmograma con un complejo mosaico de calendarios y ciclos astronómicos a escala excepcional, lo cual favoreció a las elites proclamar su autoridad sagrada, política y militar, concluyó.
Desde 2009, se pueden revisar con gran resolución materiales de acervos inasequibles
La Biblioteca Digital Mundial permite acceder a 3 mil 500 tesoros documentales
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Imagen del Códice Colombino
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Imagen del Códice Colombino, que se exhibe en la Biblioteca Digital Mundial de la Unesco. El documento prehispánico, realizado en el siglo XII, registra la hazaña política y militar de los gobernantes mixtecos Ocho Ciervo y Cuatro Viento, junto con ceremonias religiosas. Representativo de la región de Oaxaca, el dibujo se realizó en cuero curtido de ciervo, doblado en forma de pantalla, pintado sobre un lado y fue aportado al proyecto de Internet por el Instituto Nacional de Antropología e Historia
Alondra Flores
 
Periódico La Jornada
Lunes 31 de octubre de 2011, p. a11
Una colección de joyas y reliquias se encuentra en la Biblioteca Digital Mundial, proyecto impulsado por la Organización de las Naciones Unidos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que en un portal en Internet ofrece de manera libre un tesoro documental único y de valor patrimonial integrado por manuscritos, mapas, libros poco comunes, partituras musicales, fotografías, grabaciones y películas.
Con sólo deslizar el mouse se accede a documentos prácticamente inaccesibles, material fundamental de culturas del mundo. Los mínimos detalles, los pliegues de un papiro, las casi imperceptibles texturas de códices en colores que desaparecen con el paso del tiempo, libros completos pocas veces exhibidos, y menos aún hojeados. Objetos a lo que sólo eruditos privilegiados tienen acceso en los acervos de bibliotecas de todos los continentes, ahora se encuentran disponibles.
La propuesta es publicar de manera gratuita, multilingüe, de ingreso directo en Internet y de fácil navegación una colección de documentos con valor patrimonial que permita apreciar las culturas del mundo, tesoros e historias de los pueblos.
Las digitalizaciones de gran resolución se presentan en su idioma original, más de 50 hasta el momento, con herramientas de navegación y explicaciones de contenidos disponibles en siete lenguas: árabe, chino, inglés, francés, ruso, español y portugués.
La idea surgió en 2005, a propuesta de James H. Billington, director de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, institución que ha tenido una colaboración primordial en el diseño y operación del proyecto, el cual se lanzó finalmente en abril de 2009 con la participación de una treintena de instituciones culturales en el mundo, y con un acervo de mil 200 documentos. Hasta el momento, la cifra se ha incrementado a casi 3 mil 500 artículos, con el interés de multiplicar el número de manera paulatina, sin privilegiar la cantidad a costa de la calidad y el valor de los documentos.
Se expande el mundo con un clic
Al ingresar a www.wdl.org/es se expande el mundo en la pantalla a través de un mapa: América, Asia, Europa, África, Oceanía y el Pacífico invitan a ser visitados, con algunas subdivisiones continentales. En la parte inferior se encuentra una línea cronológica para viajar por el tiempo, desde los 8 mil años de la era antes de Cristo hasta nuestros días. También se puede elegir navegar con los criterios de lugar, fecha, tema, tipo de documento e instituto que aporta el material. O, simplemente, utilizar el buscador.
Clic: la historia del Genghis Khan, El Grande, primer emperador de los antiguos mongoles. Abrimos el enlace del libro y aparece el lomo empastado en piel, con todo y su etiqueta de clasificación. Con el cursor lo sacamos del estante, vemos la portada del libro escrito por François Pétis y publicado en 1722. Ahí están las 473 páginas del volumen, lo recorremos hoja por hoja, nos acercamos con el cursor casi hasta ver el mínimo detalle de la tinta que expande las letras sobre la página amarillenta en asombrosa resolución.
Y luego, con otro toque, nos movemos hasta América del Norte recién colonizada: un nuevo mapa de Nueva Escocia y la isla de Cabo Breton, en Canadá, realizado por Thomas Jefferys, geógrafo del rey Jorge III y editor londinense de mapas. Data de 1775, cuando los británicos despojaron a más de 7 mil franceses de sus granjas y casas. Jefferys intentó explotar el mercado de mapas detallados de las nuevas colonias inglesas, pero los gastos que la labor suponía lo llevaron a la banca rota.
El jainismo es una religión fundada por Vardhamana Mahavira; enseña la no violencia entre todos los seres vivos y se fundamenta, principalmente, en hacer avanzar el alma en la escalera espiritual hacia la conciencia divina. Estamos en India, ante el Manusyaloka, mapa del mundo humano, intrincada ilustracióngouache sobre algodón, en tonos ocres y azulados. Como cada uno de los miles de artículos, éste nos da una explicación accesible de su contenido e importancia, además de la fecha de creación, datos del autor, lugar, tiempo, tema, descripción física y un archivo de audio.
Nos vamos hasta la Europa del Renacimiento, a conocer las obras y cuentas de Galileo Galilei, documento escrito a mano por el científico y matemático donde dejó registro de débitos y créditos, de su taller donde realizaba instrumentos de medición que vendía a la universidad y la milicia. El original se encuentra en la Biblioteca Nacional Central de Florencia.
Así, podemos viajar de uno a otro lado por la historia de la humanidad. Conocer los cuentos infantiles zulúes, registrados en la lengua de ese pueblo africano y en inglés.
Algunos de los documentos que se incluyeron desde el inicio fueHyakumanto darani, escrito japonés publicado en 764, considerado el primer texto impreso de la historia; la primera mención azteca del Niño Jesús; trabajos de científicos árabes sobre el misterio del álgebra, y la Biblia de Gutemberg, entre un gran universo de tesoros históricos. Se podría decir que cambiará el significado de ratón de biblioteca.
Además de la Unesco y la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, algunas de las organizaciones que participaron con la financiación del proyecto destacan Google y la Fundación Qatar, que aportaron 3 millones de dólares. También participaron Corporación Carnegie, de Nueva York; la Universidad de Ciencia y Tecnología King Abdullah, de Arabia Saudí, y Microsoft.
Desde el lanzamiento de la Biblioteca Digital se identificaron algunos retos, como que no existe la práctica de la digitalización del contenido cultural, la falta de recursos para capturar imágenes y exhibir tesoros culturales. Además de que los sitios web tienen funciones de búsqueda y visualización poco accesibles y la falta de acceso multilingüe. El resultado son sitios difíciles de usar y que no atraen a los usuarios, especialmente a los jóvenes.
Hasta el momento, los socios de la Biblioteca Digital Mundial son en su mayoría archivos, patrocinadores, bibliotecas o dueños de colecciones, quienes comparten sus documentos, herramientas tecnológicas, experiencia en conservación, catalogación y lingüística.
En su lanzamiento se inició con una docena de acervos, que se han incrementando, gracias a la participación de, entre otras instituciones, la Biblioteca Nacional de Brasil, la Alejandrina de Egipto y la Universidad Rey Abdulá, de Arabia Saudita.
En el caso de México, de acuerdo con el sitio de la biblioteca digital, los socios que han aportado material documental son el Centro de Estudios de Historia de México Carso y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. De nuestro país se encuentran actualmente 50 artículos, entre los cuales destacan códices prehispánicos, el Plan de Independencia, el de Ayala y fotografías sobre tradiciones.

lundi 24 octobre 2011


Presentan por vez primera en París archivos del filósofo Walter Benjamin

Los archivos forman parte de un instituto de la para la promoción de la ciencia y la cultura de Hamburgo y de la Academia de Artes de Berlín.
AFP
Publicado: 24/10/2011 12:00

París. El filósofo Walter Benjamin dejó un tesoro de pensamientos e imágenes salvados gracias a sus amigos, que hoy son presentados por primera vez en el Museo de Arte e Historia del Judaísmo de París, 71 años después de su muerte en la frontera franco-española.
Los archivos de este pensador berlinés, autor, entre otros libros, de La obra de arte en la era de su reproducción técnica, existen gracias a la correspondencia con sus amigos, entre ellos los filósofos Theodor Adorno, Hanna Arendt y Gershom Scholem, el dramaturgo Bertolt Brecht y el escritor Herman Hesse.
En esos angustiosos años del ascenso del nazismo, que lo obligaron en 1933 a exiliarse en París, Benjamin, como lo muestra una célebre fotografía de Gisele Freund, preparaba en la Biblioteca Nacional sus futuras obras, entre ellas sus tesis "Sobre el concepto de historia", y un ambicioso libro, "París, capital del siglo XIX" sobre las galerías, arcadas o pasajes de la ciudad.
Cuando las tropas nazis invadieron la capital francesa, en junio de 1940, Benjamin emprendió viaje hacia el puesto fronterizo de Portbou; planeaba cruzar los Pirineos, atravesar España y embarcarse en Lisboa hacia Nueva York. Al parecer se suicidó con una dosis de morfina, el 26 de septiembre, ante el riesgo de que grupos franquistas lo devolvieran a Francia ocupada.
Los manuscritos, fotografías, ficheros, catálogos, cuadernos y postales presentados en París "son un testimonio de sus encarnizados esfuerzos para seguir escribiendo en circunstancias hostiles", dice uno de los curadores de la exposición, Ermund Wizisla.
Los textos enviados a sus amigos "son frutos del árbol del cuidado, cuyas raíces crecen en mi corazón y las hojas en tus archivos", dice en una carta a su amigo Scholem, quien había emigrado a Palestina en 1923.
El archivo de Benjamin muestra su gran fe en la escritura y su combate contra la pérdida y dispersión de su trabajo, ante la inestabilidad que se vivía.
"Recoger sus textos dispersos le fue imposible, pero gracias a sus precauciones y a la lucidez de sus amigos lo imposible se realizó después de su muerte", añade Wizisla.
La obra de Benjamín es "un audaz proyecto de historia, arte y pensamiento". Según el curador de esta exposición, "las fichas, los elementos de su texto, son como un juego de construcción, antes del ordenador, con la posibilidad de copiar y pegar".
"Un rasgo distintivo del investigador debe ser: sentirse como en su casa en las zonas fronterizas", dice en alguno de sus papeles este filósofo y narrador al que algunos llaman "pensador de las márgenes", "de los extremos".
También solía establecer conexiones iluminadoras: Chaplin y Kafka.
"Chaplin es clave para entender a Kafka. Así como Chaplin ofrece situaciones donde las condiciones del excluido y el desheredado, el eterno dolor humano se encuentran ligados de una manera única a las circunstancias más especiales de la existencia hoy en día, el régimen del dinero, la gran ciudad, la policía, etcétera, en Kafka todo acontecimiento es al mismo tiempo inmemorial y una noticia de última hora", escribe.
Después de su muerte en Portbou, la ciudad catalana donde hay un monumento en su memoria, hubo que esperar quince años para que aparecieran, en 1955, los dos primeros tomos de los escritos del Benjamin, en una edición al cuidado de Theodor Adorno, quien lanzó así la difusión de su pensamiento.
Los archivos Walter Benjamin forman en la actualidad parte de un instituto de la Fundacion para la promoción de la ciencia y la cultura de Hamburgo y de la Academia de Artes de Berlín, la ciudad de su infancia.

samedi 22 octobre 2011


El hidalgo Miguel Ángel Granados Chapa
Elena Poniatowska
A
Granados Chapa le fascinó su tierra, Hidalgo, y siempre permaneció en contacto con amigos comunes como David y Alicia Maawad. Le emocionaba mucho que le contara yo que desde la carretera a Pachuca había yo visto el acueducto del padre Tembeleque. Fui a Pachuca y pasé frente a él. Sus dientes se asomaban entonces bajo su bigote negro y sonreía. Ahora, su recuerdo me hace pensar que su vida tuvo mucho de acueducto que lleva agua, así en lo alto, entre el cielo y la tierra.
–¿Trajiste pastes?
–No, traje helado pero ya se hizo aguado.
–¿De vainilla?
A la entrada de la ciudad, una nevería ofrecía la gloria de sus helados y recuerdo que a pesar de la prisa (todos vivimos con prisa) Mariana Yampolsky y yo, por indicaciones de Miguel Ángel, pasábamos por un barquillo y yo pedía un cuartito de vainilla en un cartón que invariablemente se derretía para traérselo al DF.
Granados Chapa fue un dador, una entrega diaria, un fluir de palabras, de análisis, un manantial de buenos consejos. Los gestos de hidalguía de Miguel Ángel Granados Chapa fueron incontables. Algunos me los contó hace años con emoción una agradecida Ángeles Mastretta, otros mis grandes amigos hidalguenses Arturo, Irma y Yuri Herrera, (que es ahora un joven escritor de talla y terminó como finalista del Premio Cervantes). En varias ocasiones hablamos de la barranca de Meztitlán y sus cactáceas, la Sierra Madre Oriental y sus coníferas taladas por los comerciantes. A Miguel Ángel, todo lo que le pasaba a su estado, Hidalgo, le sucedía en carne propia. Devanaba sus recuerdos a partir del más esencial, el que lo marcó a lo largo de su vida: el trabajo de su madre, maestra, para sacarlo adelante.
Hicimos un viaje a Israel, invitados por una organización obrera: la Histadrut y viajamos: Virgilio Caballero, Carlos Monsiváis, Adolfo Gilly, una linda hija de Gregorio Selser, Arturo Martínez Nateras y su mujer, Froylán López Narváez y su mujer y ya no recuerdo quién más. La voz más pausada, la más justa siempre fue la de Miguel Ángel que además le ganó a Monsiváis en decir de memoria a Ramón López Velarde, a Manuel José Othón, a Salvador Díaz Mirón y a Carlos Pellicer. Escucharlos competir era prodigioso porque nunca se equivocaban, nunca se les iba una línea. Ambos recitaron, actuándolos, todo El brindis del bohemio, pero a la hora del Himno Nacional, Granados le ganó a Monsiváis porque conocía todas sus estrofas.
Por su amor a la Constitución, Monsiváis y yo le pusimos a Miguel Ángel la Constitucioncita.
Barómetro de nuestra vida pública, la variedad de temas políticos y sociales que abordaba resultó asombrosa. Más sorprendente aún su capacidad de convocatoria. Todos acudimos al llamado de Miguel Ángel. Seguramente fue por la infinidad de asuntos que ocupaban su vida, no sólo en su Plaza Pública, que en sí misma era la ventana a la crítica lúcida y justa que tanta falta nos hace, sino su voz de jurista (cada día más heroica y esforzada) en su programa de Radio Universidad, además de su Encuentro en la televisión. Así, Granados Chapa llenaba varios campos de nuestra cultura social y política. ¡Y ni qué decir de Proceso cuya columna inició muy joven en el Excélsior de Julio Scherer García!
Granados Chapa es un ejemplo de lo que deberíamos ser nosotros, los periodistas.
El vacío que deja en nuestra vida política es inmenso.
Ahora tengo que leer con más frecuencia a mi querido y admirado Lorenzo Meyer que también seguía a Miguel Ángel.

vendredi 21 octobre 2011


Teatro del Palacio: Entre Caruso y Juan Gabriel

HÉCTOR PALACIO

En ocasión del estreno de Il postino de Daniel Catán, tuve oportunidad verificar las modificaciones. La renovación comprende, entre otras, las siguientes pérdidas: reducción de entre 300 y 400 butacas, des-estilización del art-deco del lobby visible en el desprendimiento del mármol, sustitución de las puertas  metálicas, modificación y reducción de los palcos, eliminación de la puerta central de entrada y de tres lámparas, desaparición de elementos decorativos dentro del estilo, etc. Tanto el mármol como el metal fueron sustituidos, absolutamente fuera de estética y violentando la concepción original, con madera de nogal mal cortada, mal pulida y con tornillos y acabados de pésimo gusto que inclusive muestran deterioro prematuro. Como si se tratase de chinerías compradas en barata (de 700 millones de pesos, una ganga). Una pregunta sigue en el aire: ¿Y el mármol, las lámparas, las pequeñas esculturas, los elementos decorativos, dónde han quedado? Al respecto, corren voces sobre las muchas irregularidades del proceso de “modernización”.La polémica ha sido la tónica tras la remodelación o modernización, como le han llamado, del Teatro del Palacio de Bellas Artes. María Teresa Franco como iniciadora y Teresa Vicencio como sustituta directora del INBA, son las responsables del proyecto que al parecer ha hecho más mal que bien al teatro ideado por el viejo Díaz para la celebración del Centenario de la Independencia. Se inauguraría hasta  1934 debido a los avatares de la revolución (el arco de Reforma que no es arco sino estela y que ya pasado el Bicentenario de ingrata memoria no se sabe aún si se concluirá, es un avatar de la ineficiencia, cuando menos), pero en 1919, Enrico Caruso, quien se encontraba de gira cantando en el Toreo de México, tal cual relata la biografía y recolección de cartas realizada por su mujer Dorothy, visitó la obra negra del Palacio y probaría, en palabras del tigre-poeta Eduardo Lizalde, “su voz egregia en el recinto inacabado como para glorioso bautizo del futuro máximo foro mexicano”.


Quizá la pérdida más sensible sea la acústica original del teatro, la cual si bien no era extraordinaria, funcionaba correctamente. Así lo corroboran las magníficas voces que en el pasado tuvieron noches magníficas en el recinto; allí están los registros. La expresión, el instante de la acústica, un arte en sí mismo, un diálogo constante entre la voz y la estructura, entre la ciencia y el arte, una interlocución entre el oído y la emisión que se convierte en razón y/o emoción, que roza los linderos de la poesía, es hoy un problema. Es opaca, seca, árida. La orquesta desde el foso tiende a cubrir el brillo de las voces, inclusive si se les escucha desde el anfiteatro, donde el acto acústico solía tener mayor expansión. Cuando le hicieron ver el error, la administración encontró como deslumbrante solución llenar de bocinas las salientes de los palcos. Inconcebible no sólo desde un criterio estético, sobre todo, artístico, si se conviene que allí se canta ópera. Ahora se sospechará inclusive del “microfoneo” de ciertas voces operísticas.

El Comité Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), ha interpuesto ya, ante los daños, la gravedad de las faltas, la violación de las reglas de restauración de sitios y monumentos históricos y artísticos como el Palacio de Bellas Artes (reconocido por la UNESCO desde 1987), una demanda contra el gobierno mexicano ante el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Una fuerte llamada de atención de la organización internacional quizá resarza un poco del daño, por ahora irreparable, al teatro que no merece la administraciones recientemente padecidas.

Volviendo fenómeno acústico, con la condición actual, las bocinas le irán bien a los espectáculos populares, a uno de Juan Gabriel, por ejemplo. Y he aquí un conflicto añejo: al concebirse como un teatro exclusivo para la recreación de las “bellas artes”, pues abundan los espacios de carácter popular, existen resistencias de los grupos artísticos a la distorsión del objetivo original. No obstante, con la fallida ocurrencia de los altavoces, es claro cómo la política cultural panista privilegia la estética del “divo” de Juárez al arte vocal del tenor napolitano: a Juanga antes que a Caruso.

Dedican debate a esa disciplina como parte de los festejos por 50 años del sello independiente
El diseño de Vicente Rojo es un valor capital de Ediciones Era
Que la modernidad no suprima el gusto por leer para diseñar y diseñar para leer: Rafael López Castro
Pocos proyectos editoriales tan longevos pueden presumir su acervo gráfico, dice Sagahón
Ericka Montaño Garfias
 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de octubre de 2011, p. 3
La historia de una editorial a través del diseño de sus portadas e interiores. El sello Era continúa con los festejos por su 50 aniversario, que se cumplió el año pasado, con una serie de mesas de debate.
La del miércoles por la tarde, efectuada en el contexto de la decimoprimera Feria Internacional del Libro en el Zócalo, estuvo dedicada al diseño gráfico y el trabajo de uno de sus fundadores: Vicente Rojo, referente ineludible cuando se habla del diseño gráfico en México, ahí también se dio a conocer la publicación de una edición especial de Aura, de Carlos Fuentes, que estará disponible en los primeros meses de 2012.
En la mesa participaron Rafael López Castro, Fernando Rodríguez y Leonel Sagahón, quienes decodificaron poco a poco el valor de esta editorial independiente creada por Vicente Rojo, Neus Espresate y José Azorín, tres amigos que vieron una oportunidad para cambiar el mundo editorial del país.
Buenas compañeras del libro
El encargado de diseñar las portadas y la tipografía fue Vicente Rojo, quien para hacer su trabajo leía los libros, recordó Rafael López Castro. Desde que leo los libros de Era, han mantenido el gusto por el buen tamaño de la letra al abrirlo, y un ancho de caja que permite leer sabrosamente. Mi primer maestro en diseño gráfico, Flores Eras, me sugirió allá por los años 60 que pusiera atención en lo que hacía alguien que para mí era un desconocido: Vicente Rojo. Comencé a fijarme que tenía dos o tres libritos diseñados todos por él: portada e interiores, y que podían recorrerse gozosamente.
Y así, cuando López Castro comenzó a trabajar en el diseño, me pregunté para qué sirve la portada. Supe que los libros no siempre han tenido portada ilustrada, pero que a partir del siglo XX, con la aparición de la fotografía y el ofset, se comenzó a enriquecer la portada y se hacen buenas compañeras del libro.
Sin embargo, hoy las portadas están diseñadas para vender, no para leer. “Hoy está de moda tener un título majadero con unas ‘naranjas’ prometedoras. Tuve un amigo queridísimo, Joaquín Díez-Canedo, quien decía: ‘yo hago libros para que se lean, no para venderlos’. Le gustaba creer en esta idea. Pero es un buen principio para irse planteando esa relación de la gráfica que ahora con la modernidad se enriquece y se hace más ágil, más rápida: lo que a Vicente Rojo le costaba dos o tres días, ahora se tiene la solución en cinco minutos”.
Para el diseñador, leer es básico, afirma López Castro. Esa es una gracia de Vicente Rojo, quien en sus ratos de ocio corregía pruebas, leía a los señores y señoras a los que él les iba a hacer portada. Él tenía un lema: desde que me dicen que voy a hacer la portada, antes de que se vayan, ya sé lo que voy a hacer.
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Vicente Rojo (en la imagen) y Rafael López Castro son los artífices del diseño de las portadas de los libros publicados por EraFoto Jesús Villaseca
Y sugirió: que toda la modernidad no les quite el gusto por leer para diseñar y diseñar para leer.
Resultado de un trabajo colectivo
Fernando Rodríguez, también diseñador gráfico y profesor de diseño editorial, se refirió al trabajo en Ediciones Era a partir de que las portadas “son el resultado de un trabajo colectivo, como las catedrales, que se planifican, pero hay un montón de personas alrededor de la construcción.
“Las portadas de Vicente (Rojo) están compuestas con una geometría perfectamente definida.
Tiene un ojo áureo, todas las portadas tienen la misma línea de composición. Ediciones Era aprovechó muchos recursos e innovó procesos: la saturación de colores, los barridos de color, esas formas de trabajo en la imprenta, eso de tener tu laboratorio en la parte de abajo de la editorial permitía hacer innovaciones en la edición y en la producción.
Sin embargo, hablar de 50 años de Ediciones Era no sólo es hacerlo de las portadas, “sino de la cantidad de páginas editadas. Si hacen la cuenta o vemos el catálogo, las páginas cuidadas, editadas, la tipografía correcta, el margen preciso, son varios millares de páginas.
A su vez, Leonel Sagahón, profesor y diseñador gráfico, destacó lo interesante de que una de las mesas de aniversario del sello Era haya sido dedicada al diseño gráfico, “porque es concederle un valor capital que pocos proyectos editoriales tan longevos pueden presumir. Ese es el capital gráfico que viene de Vicente Rojo.
Me imagino a Vicente Rojo no limitándose a recibir los títulos, sino participando en las decisiones de lo que se iba a publicar, como editor, donde gana la idea de que el diseño es parte de la decisión editorial, tan importante como decidir publicar a uno u otro autor. El catálogo acumulado de Ediciones Era es un retrato, o la grabación, el registro de una gran conversación nacional.
Las actividades de Ediciones Era en la feria del Zócalo continuaron ayer con la presentación del libro Delante del prado una vaca, de Fabio Morábito. El sábado se presentará el título Memoria 1933-1966, de Sergio Pitol, en la terraza del Museo del Estanquillo (Isabel la Católica 26, esquina Francisco I. Madero, Centro Histórico) a las 17 horas, y el domingo se realizará una lectura pública deLas batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco, a las 13 horas en el Foro General de la feria.

jeudi 20 octobre 2011


El MoMA se desprende de valioso cuadro de Tamayo
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Rebanadas de sandía, 1950, obra de Rufino Tamayo, será vendida por el Museo de Arte Moderno de Nueva York y los fondos recaudados se destinarán para nuevas adquisiciones del recintoFoto Reuters
Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 20 de octubre de 2011, p. 4
Nueva York, 19 de octubre. Una pintura de rodajas de sandía de Rufino Tamayo, que está valuada en 2 millones de dólares, lideraría la venta de arte latinoamericano de Sotheby’s el próximo mes, informó el martes la casa de subastas.
Pintada en 1950, Rebanadas de sandía muestra el fruto, situado en una posición contra un telón de tonos rojos y calabaza.
Sotheby’s dijo que el trabajo tenía un significado personal para el artista, porque en su juventud ayudó a su tía a vender fruta en un puesto de mercado en la ciudad de México.
Rebanadas de sandía fusiona la estética modernista internacional del cubismo con un tema local y simbolista”, dijo Sotheby’s en un comunicado.
El Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York venderá Rebanadas de sandía para recaudar dinero para su fondo de adquisiciones. La pintura se subastará el 16 de noviembre en la venta de otoño de arte latinoamericano en Sotheby’s.
La puja incluirá otras siete obras de Tamayo, que muestran su desarrollo desde sus raíces surrealistas en Frutero y dominio, 1928, a Tres figuras, 1966, con valor estimado en 950 mil dólares.

mercredi 19 octobre 2011


Il postino de Catán: BolerOpera

HÉCTOR PALACIO

 1. La obra. Hace pocos años, Plácido Domingo, impulsor de lo que llama “óperas melódicas”, comisionó, como director de Ópera de Los Angeles, al músico judío-mexicano Daniel Catán para componer una del tipo precisamente, más aún, para su propia voz en el papel principal. Eligieron como tema argumental la novela de Antonio Skarmeta Ardiente paciencia  y la película Il Postino de Michael Radford (que no he leído ni visto, aclaro). La obra musical recrea la vida del poeta chileno Pablo Neruda durante la estancia en Italia y su relación con un joven cartero en quien estimula el nacimiento de la sensibilidad poética. El estreno fue en Los Angeles y posteriormente se presentó en Viena y París. Ahora, en Bellas Artes y el Cervantino.

El resultado no es, lógicamente, una ópera contemporánea, pues el lenguaje musical utilizado no entra en los cánones de la música de vanguardia o contemporánea presente, dígase con cierta arbitrariedad,  desde los años 30 del siglo pasado. Es decir, el producto no ha sido una obra de su tiempo sino una inspirada en los mejores años del género. Concebida para complacer al público, tiene como modelo a compositores anteriores a Giacomo Puccini, quien con Turandot cerrara el ciclo glorioso de la ópera  “melódica” en 1924. Lo que  vendría después, Berg, Schönberg, Janacek, Dallapiccola, etc., serían óperas esencialmente teatrales que no se arrobarían ante el encanto o la belleza de la voz, inclusive la sacrificarían, y tendrían un marcado sentido psíquico en sus argumentos y en los rasgos de los personajes.

Desde la estricta perspectiva del encargo ordenado por Domingo y más allá del hecho de ser una ópera básicamente tonal, sólo hay dos fragmentos que cumplen con el requisito melódico: El coro a la orilla del mar y un bolero. Lo demás: recitados, música incidental, marcha coral…
Curioso, no es vena melódica lo que sobra a Catán. Sin embargo, ha sido inteligente el compositor. Cuando intuye que el público mostrará signos de cansancio, aburrimiento e inclusive sopor ante la monotonía o vacuidad, se le ha ocurrido incorporar un bolero al medio de la ópera como antídoto a los recitados interminables –del tipo con el cual se parodia a los cantantes de ópera impostando la voz: “Buenos días, ¿cómo le va? A mi muy bien, y a usted qué tal”; es decir, del tipo Enrico Fasolasi Relamido, el comiquísimo personaje de Los Polivoces-; a la música incidental utilizada ad nauseam en el cine holliwoodense; a la trillada marcha de consignas como fondo de “interés político” en contrapunto a la melosidad del argumento.

Una vez que apareció “Comprendo”, un sentido bolero (cual sentido y bello puede ser un bolero cualquiera a la manera de “Contigo en la distancia”, “No me platiques más”, “Nocturnal”, “Noche de luna en Xalapa”…), se quedó flotando en el ambiente. Cada vez que la audiencia entraba en espasmos de bostezo, volvía a  asomar: desarticulado, fragmentado, diseccionado, ejecutado por las diversas secciones de la orquesta, y después, por qué no, un nuevo tutti a la Broadway, y así hasta el final. Naturalmente, esta melosidad derritió a los diletantes de corazón tierno siempre predispuestos al flirteo y la conquista fácil; a los románticos empedernidos en búsqueda de melodías que tararear.

Con Il Postino estamos, pues, ante una verdadera BolerOpera. Excelente modelo para la SalsOpera, CumbiOpera, DanzonOpera, MariachOpera o cualquier género popular que entusiasme al lector. (Alguna vez, el bromista Enrique Patrón de Rueda jugó con la idea de una  TropicOpera para Verónica Castro. En 2010 se estrenó en  México Camelia la Tejana de Gabriela Ortiz, una  suerte de QuebraditOpera o más bien NarcocorridOpera, que no Pasito-DuranguensOpera; recuérdese también María de Buenos Aires, una TangOpera de Astor Piazzola). Y para ello no se necesita más que, si acaso, de tres minutos de inspiración melódica (siendo estrictos y considerando el estribillo y las repeticiones, no más de un minuto). Si la inspiración falla, hay varias opciones: se toma un tema popular, se le coge prestado con o sin autorización o se hace el encargo al bolerista de la cantina más cercana. Se le agrega buena técnica de composición y orquestación, capacidad de trabajo y ya estuvo. La parte más difícil será siempre la de conseguir el presupuesto para su producción. En este sentido, el ámbito más apropiado para este modelo de obras, RockOperas como José el soñador o Jesus Christ Superstar, los musicales de Broadway, sería el mismo Times Square, cima del entretenimiento, ya que si tienen éxito, no dependerán del presupuesto público, sino realmente de las entradas del teatro, lo cual les asegura larga vida.

Volviendo a “Comprendo”, el agradable bolero al parecer compuesto por el propio Catán, tuvo la fortuna de ser reciclado en esta obra, pues fue escrito con anterioridad a la misma e, inclusive, también utilizado como música incidental en El vuelo del águila, una tvnovela de televisa  de 1994, cuya musicalización estuvo a cargo el compositor de marras. De allí el talento y la inteligencia productiva más que melódica del autor: Hacer rendir un minuto y convertirlo en horas.

2. La noche. El acto artístico en sí, la representación, más allá del bolero y el espíritu romántico del público para entregarse a él (por cierto, a pesar de la reducción del teatro, estaría ocupado cuando mucho en un 75% de su capacidad), fue desconsolador. Sí, bien la producción, la escenografía, el uso de elementos “modernos” como el radio, un cochecito, una bicicleta, proyecciones, video, escenario rotante, etc., inclusive el vestuario, pero el elenco…

Si se asiste a una ópera “melódica”, la atención, obvio, debe estar centrada en la melodía y en la calidad vocal de quien la interpreta, no en el argumento y el drama como en el caso de Wozzeck, por ejemplo. La noche en Bellas Artes, salvada la parte melódica con el bolero, fue una cercana al oprobio. Si la infamia tiene voz, anduvo rondando esa noche en el teatro en el cual, a pesar de la infausta remodelación, aún resuena el grandioso Mi bemol de María Callas, el gallardo lirismo de Giuseppe Di Stefano y la heroicidad de Mario del Monaco.

Todo parece indicar que se trata de un elenco no propuesto por la dirección de Ópera de Bellas Artes, sino uno impuesto por la producción desde Los Angeles. Inclusive los intérpretes de los papeles menores -que sin duda le habrían venido bien a tanto cantante mexicano desempleado y a la reducción de los costos-, fueron traídos desde el exterior (con excepción de Grace Echaury, de excelente desempeño). Y ya después de padecer la antiestética voz del tenor a cargo del papel de Pablo Neruda (suplente de Plácido Domingo en Viena), tolerar la carencia de belleza, la irregularidad artística y la monotonía musical, apareció como bálsamo, como un oasis humectante, la voz y la figura de Beatrice Russo en la presencia de la soprano Amanda Squitieri. Sólida, elástica, expansiva, bella.

Nunca soñó Neruda con canto tan desangelado para sus líneas de poemas (allí habría preferido, sí, callar para no estar). Se  trataba de recrear un fragmento de vida del poeta, sin embargo, en noche tan triste para la entonación de sus versos, salvo la voz y la gracia de Beatrice Russo y el bolero, el tono dominante de la poesía fue, como en un poema suyo, precisamente la ausencia.

lundi 17 octobre 2011


La Feria del Libro Alternativo rindió un fraternal homenaje al poeta y filósofo
Enrique González Rojo, parte de nuestra alma colectiva: Taibo II
Resaltó la lucha del maestro por las mejores causas: hemos caminado juntos; eso es estar con la sociedad civil
Los asistentes sorprendieron al autor al leer a coro y de piePrehistoria del puño
Carlos Paul
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de octubre de 2011, p. a10
La voz inconforme, de protesta permanente y de pensamiento crítico, la voz del poeta Enrique González Rojo, se escuchó en una lectura que realizó de sus poemas en el homenaje que se le rindió este domingo en la Feria del Libro Alternativo, que se lleva a cabo en la Alameda Central, organizada por la Brigada Cultural para Leer en Libertad.
En el fraternal reconocimiento a su obra y trayectoria se obsequió a los asistentes decenas de ejemplares de la antología de González Rojo El viento me pertenece un poco, editada por los organizadores y por la Secretaría de Desarrollo Social del Distrito Federal.
A lo largo de su vida, González Rojo ha acompañado a la sociedad civil y a los movimientos de resistencia y contra el autoritarismo en México, expresó Paco Ignacio Taibo II.
“El poeta nos ha acompañado en esta larga lucha de los ciudadanos por construir un país diferente. Nos ha acompañado de las mejores maneras que alguien pueda hacerlo: con su militancia de manera constante en favor de las mejores causas. Ha marchado por las calles desde 1959, en solidaridad con los ferrocarrileros democráticos. Hemos marchado junto a él por las mejores causas y las mejores razones, desde el movimiento estudiantil del 68 y más recientemente con el movimiento de los electricistas y maestros. Ha marchado en las grandes luchas contra el desafuero y el fraude electoral. Hemos caminado juntos, y eso es estar con la sociedad civil.
Pero además, ha estado con sus escritos y en el debate público, abundó el autor de De paso. Ha estado desde la de la filosofía, del pensamiento abstracto, que no por abstracto deja de ser punzante contra el poder. Ha estado de la mejor de las maneras: como poeta. Los poetas son el alma de un país, y Enrique es parte de nuestra alma, el alma colectiva.
En el homenaje se recordó que el maestro Enrique González Rojo nació el 15 de octubre de 1928 en la ciudad de México. Y como él mismo cuenta, poco después de haber nacido sobrevino un temblor y se cayeron dos tomos de la enciclopedia Británica en su cuna, y por poco fue víctima de un enciclopediazo.
El joven Enrique, con la influencia de su padre y abuelo, creció rodeado de libros. En cierta ocasión comentó que ha vivido en bibliotecas que tienen casa, no en casas que tienen biblioteca.
A lo largo de su trayectoria, González Rojo ha transitado por el ensayo, el cuento, la novela y la poesía. De sus más de 30 libros publicados, la mayoría pertenece a este último género.
Desde la fundación del espartaquismo, dentro del Partido Comunista Mexicano, en la década de los 60, hasta nuestros días, ha estado presente en todos los grandes movimientos sociales.
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Hoy he querido divertirme, con el afán de que ustedes también, dijo González Rojo al públicoFoto María Meléndrez
La Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) editó su obra más reciente, En marcha hacia la concreción, además de Versodestierro, con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
La UACM y el ayuntamiento de Ecatepec, coeditaron Poeta en la ventana,por sus 80 años de edad.
Por más de 30 años, González Rojo fue profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como de las universidades Autónoma Metropolitana y Chapingo. Recibió el Premio Xavier Villaurrutia por su libro El quíntuple balar de mis sentidos (1979).
Tras la lectura de un poema escrito y leído por Roberto López Moreno, dedicado a González Rojo, el autor de Por los siglos de los siglos (1981), Las huestes de Heráclito (1988) y Reflexiones sobre la poesía (2007), entre otros, leyó sus poemas, no sin antes comentar que en esta ocasión “he querido divertirme. Mis lectores y algunos críticos han encontrado que en mi poesía hay diferentes aspectos; algunos han puesto de relieve el elemento político o social que aparece con frecuencia en mis poemas; otros en lo erótico y amoroso, y algunos más destacan los sonetos y el verso clásico.
Sin embargo, hay un aspecto, que si bien no es uno de los más perceptibles, sí es de los más característicos de mi producción: el humor, la impugnación y el sarcasmo. Por ello, hoy he querido divertirme, con el afán de que ustedes también.
La selección empezó con el poema Hormiga y aparte, al que le siguieron La clase obrera va al paraíso, Receta para hacer un poema político, Receta para enamorar a una mujer, Receta para destruir una familia, La operamada (la amada operada), Caparucita, Crimen perfecto y Discurso de José Revueltas en el parque Hundido.
Para sorpresa de González Rojo, previo al homenaje se repartieron entre los asistentes unas hojas con un fragmento de su poema Prehistoria del puño, el cual, cuando el poeta concluyó su lectura, fue leído de pie y a coro, lo que emocionó profundamente al también filósofo.
Para concluir, en breve charla con La Jornada, el maestro Enrique González Rojo dijo: Estoy muy contento y feliz. Siempre estoy en lo alternativo, en la impugnación, en el descontento, y formo parte de uno de los millones de indignados que hay en el mundo.

mercredi 12 octobre 2011


Entregan al artista la medalla Bellas Artes; es mi nuevo corazón, manifiesta
A sus 80 años, Gilberto Aceves Navarro promete explorar una nueva pintura
Por fortuna estoy fuera de la mecánica comercial
El día 20 abrirá una muestra en Guadalajara
Merry Mac Masters
 
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de octubre de 2011, p. 6
Esta presea es mi nuevo corazón, afirmó el pintor Gilberto Aceves Navarro (DF, 1931), al recibir la noche del lunes la medalla Bellas Artes de manos de Teresa Vicencio, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
El reconocimiento, otorgado a los más destacados creadores de México, le fue entregado en el área de murales del segundo piso del Palacio de Bellas Artes.
Ex alumno de la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, del INBA, Aceves Navarro ha sido frecuente expositor en los espacios de la institución: la antigua Galería de las Nuevas Generaciones, el Salón de la Plástica Mexicana y los museos Nacional de la Estampa, Carrillo Gil, de Arte Moderno y del Palacio de Bellas Artes. En ese último se le montó a finales de 2008 una retrospectiva de más de 400 obras en el contexto de su homenaje nacional.
Vicencio manifestó que en el INBA tenemos la fortuna de contar con alrededor de 70 piezas suyas en las colecciones de nuestros museos.
El galardonado, aquejado recientemente por varios problemas de salud, aseguró que el fragmento que tengo vivido se quedó atrás, pero tengo unos fragmentitos que me interesan mucho, sobre todo el espacio entre uno y otro. Allí, entre pedazo y pedazo, puede filtrarse la luz que me informe de cómo es el otro lado de las cosas. Estoy nuevo totalmente, no sé nada de nada, quiero empezar a tejer redes encima de esta tela y ver si de alguna de ellas sale una explicación que les diga, bueno, esto es Gilberto Aceves Navarro.
Dijo que son muchas cosas las que se juegan en este juego de la pintura, inclusive habló de “matar la pintura para que después le des aire boca a boca y que dependa de ti, no que tú dependas de ella.
“Que la pintura la tengo que recuperar, habilitar y hacer que respire nuevamente es una cosa que tendría que ver con algo de lo que carece este mundito, este país. Nunca hemos sido capaces de hacer esto. Estuvimos a punto con lo de la Escuela Mexicana y los Tres Grandes, pero ellos mismos lo achicaron.
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Gilberto Aceves Navarro, la noche del lunes, al recibir la medalla Bellas ArtesFoto Guillermo Sologuren
“Llegó un momento en que se encargaron de ahorcarlo, y las personas que vinieron no estudiaron, no hicieron cosas. Mucho de esto es el afán que tengo como profesor: darles medios (a los alumnos) para que salgan adelante, que sean capaces de hacer una pintura realmente nueva, que no tenga que ver con nacionalismos.
“Por fortuna estoy fuera de la mecánica comercial de la pintura. Acabo de cumplir 80 años –el pasado 24 de septiembre–, entonces a ver si esta nueva manera de ver las cosas, este nuevo chispazo, esta nueva iluminación de mis ojos, me permite hacer eso: una nueva pintura o abrir un nuevo caminito por allí, por donde a cuentagotas o en chorros gigantes entren montones de expresiones de México: ésta es mi tarea”.
Un clásico en vida
Para Luis Ignacio Sainz, ensayista dedicado a temas de filosofía, teoría política y estética, el homenajeado cumple a rajatabla el verso del poeta Gilberto Owen:Si he de vivir, que sea sin timón y en delirio, y ocho décadas de “intensa y vigorosa trayectoria lo avalan. Nunca se propuso una ruta, tampoco eligió la tranquilidad del status quo; jamás ha claudicado, insiste en fatigar los senderos escuchando sus voces interiores. Es un clásico en vida, un auténtico tesoro viviente”.
El 20 de octubre, Gilberto Aceves Navarro abrirá una muestra en una galería de Guadalajara sobre un tema que lo ha obsesionado: la conquista de México.

jeudi 6 octobre 2011


El templete ritual data de la época del emperador Axayácatl, informa el INAH
Templo Mayor: nuevo hallazgo altera la radiografía de Tenochtitlán
Se trata de una plataforma de 15 metros de diámetro, ubicada seis metros debajo del piso
Alrededor de la estructura hay una serie de esculturas con cabezas de serpiente
Ana Mónica Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de octubre de 2011, p. 4
Una plataforma circular de carácter religioso, cuauhxicalco, que data de 1469-1470, de la época del emperador Axayácatl, fue descubierta dentro del centro ceremonial mexica del Templo Mayor por arqueólogos del Programa de Arqueología Urbana (PAU), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
De manera preliminar se calcula que el templete mide 15 metros de diámetro, se halla a seis metros bajo el nivel de piso y tiene a su alrededor una serie de esculturas de cabezas de serpiente, muros de tezontle, estuco y dos lápidas cuadradas con representaciones o escudos alusivos a Huitzilopochtli, dios mexica de la guerra.
El hallazgo bajo la plaza Manuel Gamio es de uno de los edificios de mayor importancia descubiertos hasta ahora en torno al Templo Mayor y nos muestra una nueva radiografía de la conformación de la antigua Tenochtitlán, explicó Alfonso de Maria y Campos, director del INAH.
Este punto de la plaza Gamio será un nuevo acceso al área prehispánica a partir de mayo de 2012, con un recorrido diferente en la zona arqueológica del Templo Mayor.
Este cuauhxicalco será cubierto con cristal para que sea observado por los visitantes –en ventana arqueológica– cuando ingresen desde el área de la Catedral Metropolitana.
De esta manera, estamos logrando una nueva urbanización y reorganización del área prehispánica, lo cual ha sido posible gracias al escáner y las excavaciones que realiza el equipo del PAU desde julio de 2009, dijo De Maria y Campos.
El arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, quien encabeza el equipo de expertos del PAU, explicó: Se trata de una estructura aparentemente circular y aunque no sabemos la altura real que tuvo el edificio, tiene un desplante de seis metros bajo el piso actual y presenta recubrimientos de estuco muy bien conservados.
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Vista parcial de la plataforma cuauhxicalco descubierta en el Templo Mayor, en la que se observa la forma circular de la estructuraFoto Marco Peláez
La plataforma ritual, prosiguió Barrera, se encuentra dentro de lo que fue el recinto sagrado de Tenochtitlán, precisamente frente al Templo Mayor y en el eje donde se hallaba el adoratorio dedicado a Huitzilopochtli.
En años recientes, los arqueólogos han descubierto otras estructuras, como un calmécac, en el Centro Cultural de España, y el templo circular dedicado al dios mexica del viento, Ehécatl, detectado en un predio de la calle de Guatemala, detrás de la Catedral Metropolitana.
Hace un par de semanas, en el predio Las Ajaracas, donde fue hallado el monolito de Tlaltecuhtli –a sólo unos metros de la plaza Manuel Gamio– fue descubierto otro cuauhxicalco por el equipo que encabeza Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor.
El hallazgo ocurrió durante las excavaciones que se realizan en ese predio y “por su ubicación, tamaño y forma, especulamos que pudiera ser uno de los cinco momoztlis conocidos como ‘cuauhxicalco’”, dijo López Luján.
Este edificio, añadió, está al sur del lugar donde se descubrió el monolito de la Tlaltecuhtli, hallazgo del que se cumplieron cinco años el pasado 2 de octubre.
Según las referencias históricas, se hallaban en el antiguo centro ceremonial cinco cuauhxicalcos, de los cuales hasta ahora se han detectado tres en diversos puntos del Templo Mayor, manifestó De Maria y Campos.
Este nuevo paso peatonal y la apertura al público de este cuauhxicalco bajo la plaza Manuel Gamio será el preámbulo de visita de un proyecto que incluye fundamentalmente la construcción del Museo Casa de Tlaltecuhtli, la cual se ha postergado debido a las excavaciones que se realizan en el predio Las Ajaracas, donde se continúa en la búsqueda de restos de gobernantes mexicas.

Mujer de 65 años contrae matrimonio a través de sitio de citas online

SDPNOTICIAS.COM
2011-10-06 12:53:00
México.- Natalie Friend tiene 65 años y tras haberse divorciado un par de veces, decidió  intentar una vez más en el amor a través de sitios de citas por internet, luego de que su hija, su prima y el amigo de su hijo contrajeran matrimonio gracias a ese servicio.

Friend afirma que ella sólo buscaba un compañero de aventuras, nada serio, cuando entró a SeniorPeopleMeet.com, pero 3 meses y cerca de 15 dólares después, conoció al Sr. Wright.

Frederick Wright, de 74 años de edad, enviudó dos veces y vive en Virginia. Se unió a SeniorPeopleMeet.com para encontrar algo de compañía que disfrutara, como él, de viajar y de las artes.

En octubre de 2009, Friend decidió conocer a Wright en una cena. Él era un poco más viejo de lo que ella hubiera deseado pero… ¡él ama la opera!

La cita duró 6 horas y 10 meses después, la señora Friend se convirtió en la señora Wright.

“A nuestra edad, no tienes mucho tiempo que perder”, detalló la flamante señora Wright.


Con información de The New York Times.

dimanche 2 octobre 2011

Adolfo Sánchez Vázquez:
rebelión, antifascismo y enseñanza

Foto: Yazmín Ortega Cortés/ archivo La Jornada
Stefan Gandler
Conocí a Adolfo Sánchez Vázquez en el otoño de 1988, cuando estuve por primera vez en México, por una estancia de seis meses. Asistí a una clase suya en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y desde el primer día me asombró su personalidad y su pensamiento. Fue la primera vez que entré en contacto directo y prolongado con alguien que había luchado contra el fascismo europeo. En Alemania y Austria, donde había vivido anteriormente, no era posible. Casi todos habían sido asesinados por los nacionalsocialistas, y los que se salvaron de este “destino” por haber salido al exilio optaron, en general, por no volver a vivir en el país de sus perseguidores. El antifascismo de los años treinta y cuarenta en Europa era para mi generación –a pesar de los pocos años que habían pasado desde entonces– un asunto “histórico”. Estábamos acostumbrados, al ver a alguien mayor de sesenta años de edad en el tranvía, en el autobús o en la calle, a preguntarnos en qué campo de exterminio o campo de concentración habría realizado sus “servicios” a favor del genocidio de los judíos y gitanos europeos, a favor de la Shoah, a favor de la persecución y el asesinato de gran parte de la oposición política en Alemania y Austria y los países ocupados hasta algunos años atrás. En el mejor de los casos, pensábamos que a lo mejor esa persona había sido “apolítica” en el nazismo, lo que por lo general era una falacia, ya que la pasividad en esa época era, con cierta necesidad, una complicidad más o menos implícita.
Al conocer a Sánchez Vázquez, al oírlo a lo largo de todo un semestre, al hablar con él en varias ocasiones fuera de las clases, me di cuenta –por primera vez en mi vida– que el antifascismo europeo era algo plenamente real, material y presente en un importante número de sus representantes hasta este día. Entendí también algo que en Alemania era simplemente inentendible, y lo es hasta el día de hoy: que los antifascistas que habían luchado en contra del franquismo español, del fascismo italiano, del nacionalsocialismo alemán y los otros fascismos de Europa, no eran todos hombres y mujeres con la mirada distorsionada, con los ojos llenos de intranquilidad y con un alto grado de marginación política hasta este momento. Así lo había vivido al conocer superficialmente a algunos de los combatientes antifascistas en Alemania, que habían sido hasta su muerte, en los años ochenta y noventa, excluidos socialmente, marginados políticamente y vetados intelectualmente. Los únicos antifascistas conocidos en Alemania que habían regresado con la cabeza en alto, y de los cuales tuve conocimiento, eran Max Horkheimer y el Theodor W. Adorno de la Teoría crítica. Sin embargo, los dos habían fallecido antes de que los pudiera conocer en persona y, además, no habían sido parte de una organizada lucha armada antifascista – ésta, dentro de Alemania, simplemente nunca existió. (No existió en gran parte por la prohibición expresa del Comité Central del Partido Comunista Alemán emitida hacia sus miembros de tomar las armas en contra de los nazis, y decisiones parecidas dentro de la, para la resistencia, poco preparada socialdemocracia.)
En relación con su pensamiento, me asombró cada vez más, al acercarme a sus reflexiones a lo largo del semestre y al comenzar con las primeras lecturas de algunas de sus obras; su manera de entender la teoría de Marx y el papel práctico-social de la filosofía en general. Cuando, en una ocasión, le pregunté qué opinaba del marxismo en América Latina, me contestó –él, el maestro, a mí, el estudiante, que esto era ante todo una cuestión de la praxis política. Para mí era una verdadera revelación que un profesor universitario de filosofía fuera capaz de decir algo así a un estudiante universitario de izquierda. En Frankfurt había experimentado una y otra vez lo contrario, y constantemente tuve que escuchar en el contexto académico– filosófico que las cuestiones político-sociales no sólo no tenían cabida dentro del debate filosófico, sino que incluso el intento de darles cierto lugar era un abierto boicot, un bloqueo agresivo, un ataque malintencionado en contra de cualquier trabajo conceptual, incluyendo aquel que se refiera a la obra de Karl Marx (quien de por sí estaba prácticamente ausente en las aulas filosóficas de Frankfurt de los años ochenta y noventa).
Cuando, al comenzar mis estudios universitarios en esta ciudad, en una clase de Introducción a la Filosofía pregunté al entonces todavía estimado Jürgen Habermas sobre las razones de la validez de la regla lógica del tercero excluido, él –al no entender mi insistencia por querer que me lo explicara hasta las últimas consecuencias conceptuales, él filósofo de la actual Alemania (como pensé en aquel entonces)– brincó en cierto momento de su silla y me acusó, con la cara enrojecida de enojo, que no se había dado cuenta de inmediato de que mi interés era político; esto era lo peor que podía decir a un alumno en una clase de filosofía.
Conocer a Adolfo Sánchez Vázquez en la UNAM fue realmente entrar en un mundo completamente desconocido para mí, por lo menos en términos de una experiencia propia. Había escuchado en Frankfurt relatos de tiempos o lugares lejanos en donde algo así, al parecer, había existido o existe incluso todavía, pero nunca supe con seguridad si debería creerle a esos cuentos que sonaban demasiado bellos para ser verdad. Sabía que se decía que, años antes, en las mismas aulas que frecuentábamos, habían hablado Horkheimer y Adorno frente a cientos de estudiantes de todas las facultades de la universidad sobre los conceptos filosóficos más complejos, sobre el nazismo, sobre la educación después de Auschwitz, e incluso sobre la posibilidad de la emancipación humana, pero eran relatos que nos parecían más mitos que recuerdos reales. Estábamos tan lejos de todo ello, en las clases de Habermas y sus seguidores que empezaban en ese entonces a tomar el control del Instituto de Filosofía de Frankfurt, mismo que hoy en día tienen casi por completo.

Foto: Cristina Rodríguez/ archivo La Jornada
Fue años más tarde que empecé a ver las cosas de otra manera y logré convencer a Alfred Schmidt de retomar sus clases sobre la obra de Marx, que había dejado de dar después de experiencias no del todo agradables en los años setenta. Lo que me había cambiado de manera decisiva fue, primero, mis viajes a la ciudad de París en 1986, junto con un amigo, como representantes de los estudiantes de izquierda de Frankfurt para establecer contacto con los estudiantes universitarios franceses que estaban realizando una prolongada huelga nacional, con los cuales me radicalicé políticamente; segundo, mis viajes a Polonia, que incluían varias visitas a los ex campos de concentración y de exterminio, como Auschwitz, Treblinka, Sobibor y Majdanek, en los cuales empecé a comprender la magnitud de los hasta hoy indescriptibles crímenes cometidos desde mi tierra natal; y, finalmente, mi primer viaje a México, en el cual conocí a Adolfo Sánchez Vázquez y entendí que no todo estaba perdido.
Al asistir a sus clases, al leer sus textos, empecé a entender que todavía existe algo como posibilidad para retomar la reflexión crítica, aun dentro de las aulas filosóficas y universitarias. Sólo esta experiencia y la experiencia mexicana en general me dieron el impulso, la decisión y la fuerza argumental de seguir con el camino comenzado en Frankfurt y que vi cada vez más obstruido y fastidioso en esa universidad. En la ciudad que vio crecer el maravilloso y único proyecto del Instituto de Investigación Social, en el cual se sembraron las bases de la Teoría crítica, ya no había condiciones, al final de los años ochenta del siglo XX, para seguir adelante con esa actitud, esa seriedad y ese impulso antifascista y a la vez anticapitalista.
Por suerte “descubrí” y me acerqué a Alfred Schmidt, quien injustificadamente estaba a la sombra del mucho más citado Habermas. Él confió en mi palabra, en los primeros avances que le presenté y en la idea que obtuvo al revisar algunos libros de Adolfo Sánchez Vázquez que había traído desde México e hicieron posible que empezara a adentrarme, cada vez más, en su pensamiento –y posteriormente también en el de Bolívar Echeverría– sin renunciar de golpe a mi historia, mis vínculos y mi inclusión en la universidad alemana. A partir de ese momento desarrollé mi propio pensamiento filosófico en el “triangulo intelectual” formado por los tres filósofos entonces vivos más importantes para mi formación conceptual: Adolfo Sánchez Vázquez, Alfred Schmidt y Bolívar Echeverría, en el contexto de varios filósofos fallecidos anteriormente, como Max Horkheimer, Theodor W. Adorno, Walter Benjamin, Herbert Marcuse, Franz Neumann, Georg Lukács, Karel Kosík, Karl Marx y G. W. F. Hegel. De los tres filósofos entonces vivos queda hoy uno solo, Alfred Schmidt.
desde el primer momento en que conocí a Adolfo Sánchez Vázquez en la Facultad de Filosofía y Letras me fascinó –y me sigue fascinando hasta hoy– su entrega absoluta a la lucha antifascista, la que el autor de la Filosofía de la praxis, al igual que muchos de sus contemporáneos –incluyendo los de la Teoría crítica–, consideró sólo pensable y realizable como lucha anticapitalista. Desde sus días de juventud en Málaga y Madrid, Sánchez Vázquez sabía de la dialéctica política y filosófica, entre la necesidad de aliarse con los sectores antifascistas-democráticos de la burguesía (y su filosofía idealista-humanista) y la coexistente necesidad de criticar radicalmente su política y teoría sumamente ingenua hacia el carácter necesariamente destructivo (y autodestructivo) de la forma de reproducción capitalista. Sus mayores aportaciones filosóficas –como la brillante reconstrucción conceptual de la dialéctica entre idealismo y materialismo, en la obra de Marx en general y las Tesis sobre Feuerbach en particular, en su mencionada obra magna–, así como sus decisiones políticas –como su apoyo inmediato al EZLN y su creciente resistencia a ser instrumentalizado como emérito en la época de la huelga del CGH– se pueden entender a partir de esta dialéctica pensada y vivida.
El filósofo, poeta, luchador antifascista, quien llevó comida en la Guerra civil española al marginado y perseguido Antonio Machado, siempre buscó no alejarse de la realidad social en sus aportaciones filosóficas y tampoco encerrarse en un círculo de pensadores y actores que indudablemente compartían todas sus posturas. Esto se reflejaba en la manera como organizaba sus clases, en cómo reaccionaba a críticas y también en cómo formaba las mesas de presentación de sus libros. Incluía en ellas a personajes públicamente reconocidos, de los cuales sabía que podrían estar en abierto desacuerdo con algunas de sus posturas sobre cuestiones actuales y en desacuerdo general con su filosofía marxista y su pensamiento político anticapitalista. Hace casi cuatro años, el 25 de octubre 2007, se presentó su libroÉtica y política (FCE/UNAM, 2007) en la librería Octavio Paz del FCE. Uno de los presentadores propuestos por Sánchez Vázquez, el primer presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), comentó en esa ocasión lo siguiente: “Por cierto, es siguiendo la lógica del propio maestro Sánchez Vázquez que no acabo de comprender su condescendencia con el EZLN.” (Grabación audio, Woldenberg, min. 9:30). José Woldenberg sigue: “Precisamente porque en nuestro país las vías de la política pública y pacífica no se encuentran ... cerradas ... [es] absolutamente injustificable ... la opción de la vía armada.” (Min. 9:42.)
En este distanciamiento Woldenberg capta, tal vez sin querer, más del pensamiento de Adolfo Sánchez Vázquez que muchos de los que, desde su muerte, están homenajeando públicamente su vida y obra: el exiliado español, miembro del Partido Comunista Español, director –a sus veintidós años– del diario Ahora de la Juventud Socialista Unificada con medio millón de miembros; combatiente antifranquista y redactor en jefe de la revista Acero del v Cuerpo de Ejército de Enrique Líster, crítico feroz del intento de Octavio Paz de enterrar para siempre cualquier proyecto anticapitalista al desaparecer la Unión Soviética, ha sido y sigue siendo –en su herencia y presencia filosófica y política– ante todo un pensador y activista del proceso de transformación radical y estructural hacia un mundo sin explotación y sin represión. Toda afirmación que trata de excluir o minimizar este carácter revolucionario de Adolfo Sánchez Vázquez y su pensamiento, desde el inicio de la Guerra civil española hasta su muerte, se aleja de la verdad histórica y constituye al mismo tiempo una falacia filosófica.
adolfo sánchez vázquez conoció la muerte muy de cerca. Su experiencia en la Guerra civil, su encuentro “con el héroe en la vida” le hizo ver todo de otra manera. Aquello que siempre percibí en su mirada, su tono de voz, su pensar y su andar, sin lugar a dudas venía de ahí. Sánchez Vázquez no estaba jugando. Sabía de qué estaba hablando cuando hablaba de la violencia por la que la clase en el poder puede optar para mantenerse en él. En uno de los primeros textos que publica en México, en la revista Romance, a los pocos meses de haber llegado del infierno en el cual los franquistas españoles, con la ayuda de los nacionalsocialistas alemanes y los fascistas italianos habían convertido a su patria, escribe a la edad de veinticuatro años: “Alto, como una montaña gigante, los ojos limpios, las manos tiernas y transparentes, pero sus brazos vigorosos y su paso callado y firme. Mi primer encuentro con el héroe en la vida de pronto oscureció esta imagen. No era por fuera como yo soñaba, sino seco, esmirriado, inundados los ojos de fuego y una fiebre contenida en sus manos huesudas y siempre húmedas. Pero por dentro, más allá de su piel y de su andar callado, estaba su verdadera imagen, toda ella viva, noble y encendida.”
En este texto, titulado “La decadencia del héroe”, en el cual debate en su segunda parte con autores como Kafka y Sartre y su alejamiento de la idea del héroe, Sánchez Vázquez sigue describiendo su “primer encuentro con el héroe en la vida”: “Como un quiste clavado en su juventud inocente, tenía un oscuro presentimiento de la muerte. Abandonado y solo, luchaba contra la soledad. Porque la soledad, según él, entrañaba cobardía. Y de su soledad interior saltaba valientemente en busca de la alegría y la felicidad de todos.”

Foto: José Antonio López/ archivo La Jornada
Esta felicidad de todos, viejo sueño de muchos artistas, revolucionarios y filósofos, heredado en una tradición humana de un número infinito de generaciones, traicionado cobardemente con la cómoda idea del fin de la historia, estaba y está presente en la vida y la obra entera de Adolfo Sánchez Vázquez. Su muerte el pasado día 8 de julio no podrá detener este proyecto que para él sólo era realizable dentro de una lucha por el comunismo y con el apoyo filosófico de una teoría basada en las reflexiones críticas de Karl Marx. Con la imagen de los asesinados por los franquistas y los antifascistas caídos en su lucha contra el peor movimiento político que ha visto la humanidad a lo largo de su historia hasta hoy, que intenta hoy en día resurgir de nueva cuenta en los nuevos racismos, el nuevoantisemitismo y el nuevo machismo, el joven exiliado sigue su reflexión sobre su“primer encuentro con el héroe en la vida”: “Su preocupación por la muerte nunca le hizo temerla. Su fe estaba en el presente, en esta lucha apasionada por la verdad y el claro destino del hombre. De esta lucha nada podría esperar él, indefenso como un tronco derribado. Y sin embargo luchaba. Era esto lo que transfiguraba, ante mis ojos, su apariencia gris y desmedrada para convertirle en un ser excepcional. Con la muerte cerca, viva, anudada en sus pulmones, se levantaba cada día. Pudo suicidarse. Hubiera sido el camino más fácil. Y no lo quiso. Consciente, deliberadamente esperó la muerte. Y cuando llegó la saludó fría, serena, estoicamente.”
Pero este estoicismo no es el del nihilista que nada espera de la historia humana y de nuestra capacidad de construir a pesar de todo una sociedad libre de represión y explotación. Tampoco es la seguridad ingenua del teólogo que proyecta nuestro deseo y nuestra capacidad de parar, interrumpir la catástrofe capitalista, al convertirlos en el hueco esperar por una supuesta felicidad en el más allá. Como sucede en toda su obra y vida posterior, el joven Adolfo Sánchez Vázquez se mantiene firme en el campo de tensión filosófica entre dos posiciones equivocadamente sencillas, cuando reflexiona, en 1940, sobre la muerte del héroeantifascista: “Su muerte, cuando llega, es una muerte esperanzada y desesperanzada a la vez. Nada espera de ella. Nada, porque su muerte, para él, no es paso transitorio hacia una felicidad futura, sin raíz alguna en la tierra, sino aportación última a una felicidad terrenal, a la que renuncia con su muerte, en bien de todos.”
Adolfo Sánchez Vázquez, no sufrió una muerte de héroe, de la cual estaba cerca en su tierra natal; entregó su vida entera –en la Guerra civil española, en setenta años de presencia en México, en su obra filosófica y con su ejemplo como maestro y pensador firme, nunca cerrado– en bien de todos.