dimanche 31 juillet 2011

El libro dio a Claudia Posadas el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009
Liber Scivias, diálogo con el pensamiento antiguo, la estética y la música medieval
En él persiste una melancolía por aquellas manifestaciones religiosas que la ortodoxia proscribió, puntualizó Angelina Muñiz-Huberman en la presentación del volumen
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En la imagen, Eduardo Langagne, Aída Lara, la autora y Angelina Muñiz-HubermanFoto Roberto García Ortiz
Ana Mónica Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de julio de 2011, p. 4
Con la intervención del ensamble de música antigua Ditirambo, la escritora Claudia Posadas cerró la noche del jueves la presentación de su libro mítico-mágico-poético Liber Scivias, en el Centro Cultural Bella Época.
La velada, cuya música situó al público y a los invitados a épocas pasadas, facilitó conocer y valorar el trabajo realizado por Claudia Posadas a lo largo de 12 años.
El volumen Liber Scivias (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes-Chiapas 2011), Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009, es una reflexión poética sobre las posibilidades del espíritu en un mundo permeado por la violencia, el miedo y la incertidumbre.
Durante la presentación acompañaron a la autora Angelina Muñiz-Huberman, Eduardo Langagne, Aída Lara (en representación de Hernán Lara Zavala) y Marvin Arriaga Córdova, directora del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, quien dijo que en octubre durante el Festival Cervantino Barroco, será presentado este libro en la misma cuna del poeta Sabines.
Liber Scivias, volumen que se divide en tres apartados, es un diálogo con el pensamiento antiguo, la estética y la música medieval; fluctúa entre la alquimia y la hermética, para generar un lenguaje simbólico y profundo a la vez que universal y contemporáneo, coincidieron en señalar los presentadores.
El texto es ambicioso y complejo por donde se lea, dijo Lara, desde el título, la extensión de los poemas, su concatenación y la complejidad de los versos hasta la densidad temática de sus contenidos.
Resumió: La elaborada estructura del libro logra integrarse en una sorprendente unidad, no sé si por o a pesar de los múltiples epígrafes, citas textuales y referencias culturales que imponen al volumen una ardua y exigente lectura.
El libro es una unidad absoluta tanto en sus contenidos como en estructura y concepto. Es una búsqueda meditada del lenguaje, de ahí el movimiento y extensión del verso, y la exploración de hablas afines al español (catalán, occitano moderno y antiguo latín), como manera de ampliar la sonoridad.
El Purgatio, Iluminatio y Unio son las tres partes en que se divide Liber Scivias; éstos son los caminos o vías del conocimiento divino, explicó Angelina Muñiz-Huberman.
Se trata, añadió, de un libro de esmerada factura, con poemas unitarios en torno a una búsqueda de la física, no sólo de la palabra divina, sino de la humana. Persiste una melancolía por aquellas manifestaciones religiosas que la ortodoxia proscribió.
En tanto, el poeta Eduardo Langagne, dijo que Liber Scivias es un libro complejo, escrito con empeño notable y justificado: Su cuidadosa factura nos permite abrir diferentes ventanas para aproximarnos paso a paso.
El volumen, lleva al lector a recorrer los caminos de una búsqueda individual que se adentra en el mundo íntimo de una voz lírica singular. Además, dijo,suma el concepto del Yo poético para no introducir a priori en el carácter autobiográfico que el texto evidencia.
A decir de la autora, su trabajo no se trata de una obra hermética, en tanto que apela por una apreciación estética de sus versos; más bien acude a este contexto simbólico y hermético como elemento metafórico y alegórico para expresar sus temas desde un sentido universal y profundo.
El misticismo, la magia, la religión, el paraíso perdido de la infancia además de las dualidades que versan entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la paz y perturbación, la melancolía y la alegría son algunos de los aspectos que se develan con la lectura de Liber Scivias.

jeudi 28 juillet 2011

Las ventas de e-book en EU crecen de manera considerable, reporta asociación de editores
Desaparecen librerías y los modos de leer se transforman
Clientes de Amazon compran más libros electrónicos que en formato impreso
La Caniem dará a conocer las cifras de 2010 en ese rubro durante la FIL de Guadalajara, en noviembre
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Los anuncios de cierre se observan en el exterior de una de las librerías Borders en Michigan, después de que la segunda cadena de esa rama en Estados Unidos comenzó las ventas de liquidación en sus 399 tiendasFoto Ap
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Lectores de libros electrónicos o e-reader: el Kindle, que lanzó Amazon y el Nuut, fabricado en Corea, en imágenes tomadas de Internet
Alondra Flores
 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de julio de 2011, p. 3
En contraste con el fracaso financiero de Borders, la segunda cadena de librerías más grande de Estados Unidos, la Asociación de Editores Americanos, dio a conocer hace unos días que las ventas del e-book tuvieron un incremento de 160 por ciento durante los primeros cinco meses del año, en comparación con el mismo periodo en 2010, según un reporte de ingresos.
Y en mayo de este año la tienda en línea Amazon informó que sus clientes ahora compran más libros electrónicos que en formato impreso. Junto a un aire de pesar por perder a un integrante de la comunidad editorial, una conclusión flota en el aire ante la desaparición de librerías: los modos de leer están cambiado.
Las casi 400 sucursales de la cadena Borders, distribuidas por todo Estados Unidos, reciben a lectores que buscan aprovechar entre mesas y anaqueles los precios de liquidación, como quien recorre los restos de un naufragio, después de que la corte definió los detalles legales del proceso de cierre de esa cadena de librerías.
En las crónicas de la prensa estadunidense, donde se incluyen reacciones de los asiduos a Borders, no ajenos al sentimiento de nostalgia, algunos deploran perder un lugar adonde ir a la hora de la comida para ver libros, que más tarde bajarán en casa a sus lectores electrónicos. Tal parece que las personas ya no van a las librerías a comprar libros, sino a una visita de esparcimiento, como quien visita el zoológico para examinar una especie en extinción.
Amazon, que comercializa libros electrónicos desde hace cuatro años, informó que desde el pasado abril ha vendido 105 e-book, por cada cien en formato impreso, incluyendo aquellos que no tienen versión electrónica, además de que la comparación excluye a los ejemplares gratuitos, ventas que incrementarían sustancialmente las cifras.
También señaló que la versión más reciente y barata de su dispositivo de lectura electrónico, Kindle, encabeza la lista de ventas a cinco semanas de su lanzamiento, con un precio de 114 dolares (el primero que apareció en 2007 costaba 399 dólares).
Ese hecho se suma al éxito de otros dispositivos, como el Nook de la otra gran cadena de librerías Barnes&Noble, y el propio Ipad.
Inmigrantes digitales
De acuerdo con un estudio de la Pew Internet Project, el porcentaje de estadunidenses que poseen un lector electrónico saltó de 6 a 12 por ciento, mientras 8 por ciento posee una tableta.
Al respecto, la columnista Amanda Katz realizó una metáfora al comparar la distancia tecnológica en dos fronteras. Si eres un adulto que lee libros hoy, eres un inmigrante de una tierra extranjera, un inmigrante digital, donde visitar los viejos países con librerías es vivir en la marginalidad, lo de hoy es bajar a tu lector o tableta los archivos digitales”.
Esas posturas coinciden con las de asiduos a la moribunda Borders. En Virginia, Angelica San Diego dijo: Es triste, pero al mismo tiempo la tecnología está cambiando las cosas, es inevitable. Aún soy escéptica sobre los lectores electrónicos, creo que todavía voy a querer una copia física de algún libro, aunque ya lo tenga en mi tableta, consignó un diario local.
Asimismo, Jefferson Sutton, con resignación afirmó que no es bueno que cierren, pero es la forma en que funciona el mercado y ahora van tras los e-book.
En el caso de México, donde la industria del libro electrónico es incipiente, no hay cifras sobre las ventas en ese formato, además de que las editoriales aún temen y desconocen el funcionamiento del sector, como ha manifestado la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem).
El reporte más reciente de la Caniem es de 2009, donde los datos al respecto son escasos y las cifras de 2010 las dará a conocer en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en noviembre próximo, donde podría aparecer un aporte al panorama del naciente sector editorial de los e-book en el ámbito nacional.
Desde otro punto de vista, la Asociación Mexicana de Internet en su estudios sobre venta de servicios y productos a través de la red de redes no reporta datos del sector editorial, en una lista que es encabezada por boletos de avión, computación y entradas para espectáculos.

mardi 26 juillet 2011

EL EDIFICIO

Introducción por Beatriz del Carmen Cuevas
Directora del Museo JLC

El Centro Histórico de la Ciudad de México es uno de los más bellos no sólo del país, sino de todo el continente, cuenta con tres etapas: el México Precolombino, el México de la Colonia y el México de hoy. Basta dar un paseo por la Alameda y mirar sus palacios del Siglo XVI. Uno de los conventos más hermosos es el de Santa Inés, que se encuentra a un costado de Catedral. Este convento data de finales del Siglo XVI y fue construido por el arquitecto Alonso Martínez López. En el altar de la iglesia se encuentran los restos del pintor guadalupano Miguel Cabrera y de José de Ibarra. Este convento albergaba a 33 religiosas, una por cada año de vida de Cristo en la Tierra. Años más tarde colocan un taller de herrería y cerrajería en el terreno adyacente y afecta la estructura y la tranquilidad de sus moradoras. Agotados los fondos de las religiosas, recurren a la rifa de billetes de la Real Lotería para financiar la compostura que es encomendada al arquitecto Manuel Tolsá.
En 1932 es declarado monumento histórico y posteriormente se vende a particulares para convertirse en vecindad  en 1967.

Vecindad. fotografía: Manuel Ramos. Fototeca Culhuacan / XVII. No. 1
CNCA-INAH, México.

A mediados de los setentas José Luis Cuevas había reunido una gran colección de obras de artistas latinoamericanos, con el deseo de crear un museo que llevara su nombre. Durante algún tiempo esta obra, que constantemente aumentaba, estuvo bajo resguardo en las bodegas del Museo Carrillo Gil. Fernando Gamboa, gran amigo de Cuevas, insistía que el museo debería estar dedicado a la obra de Cuevas, en aquel
tiempo el museógrafo dirigía el Centro Cultural Banamex y por tener firmado un compromiso con esta institución no pudo aceptar lo que Cuevas le propuso desde un principio: “que fuera el Director del Museo Cuevas”, que en este momento era tan sólo un proyecto, ya que aun no se había encontrado el lugar apropiado para albergar la enorme colección.
Cuevas, en compañía de Fernando Gamboa y otros amigos, recorrían el Centro de la Ciudad en busca del lugar apropiado. En algún momento pensaron en un viejo edificio donde Venegas Arroyo tuvo una imprenta, en la que trabajó durante muchos años José Guadalupe Posada. Desde el punto de vista histórico la idea parecía buena, pero el lugar donde Posada realizó la mayoría de sus grabados en madera resultaba demasiado pequeño. Así que tuvieron que desistir porque la colección de Cuevas requería de un mayor espacio y dado que el museo requería de varias salas. 
Por haber nacido Cuevas en el Centro de la Ciudad insistía en encontrar un inmueble que estuviera en un lugar próximo al barrio donde transcurrieron sus primeros años de vida. Gamboa con esa visión del futuro que le caracterizaba no estaba de acuerdo en que el museo estuviera en el Centro, porque ya entonces empezaba a ser invadido por el ambulantaje. Después de su largo peregrinaje, al que también asistían intelectuales de la talla de Octavio Paz, Fernando Benítez, Pepe Iturriaga y Salvador Vázquez Araujo, quien era el encargado de encontrar el inmueble, finalmente se encontró un viejo edificio en ruinas, muy cerca de la Academia de San Carlos, Cuevas pensó que sería el lugar adecuado, aunque requería de un gran trabajo de restauración desde el principio.
Dos Presidentes de México aceptaron la creación del museo, ellos fueron Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, con quienes Cuevas mantenía una gran amistad. El Regente Ramón Aguirre Velásquez también aceptó el proyecto y se reubicó a aquellos que habitaban en vecindades miserables y en un depósito de telas. A pesar de estos inconvenientes Cuevas y Salvador Vázquez Araujo insistieron que ese sería un lugar adecuado, aunque requeriría de todo un equipo de arquitectos que llevaran a cabo un trabajo titánico para convertir al andrajoso edificio en un museo del Siglo XX.
Cuevas en alguna entrevista que se le hizo recordó que siendo muy joven caminaba por las calles de Academia y Moneda con la curiosidad que despertaba en él, todo aquello que fuera aledaño a las más antigua escuela de arte que tuvo México. Evocaba dos cosas importantes: que muchas de las prostitutas que ejercían su trabajo muy cerca de la calle de Academia en busca de clientela  y también tuvo el recuerdo de esos tiempos de infancia.
Una vez terminada la restauración del museo, se inaugura el 8 de julio de 1992, en cuyo centro del patio Cuevas había realizado una escultura en bronce de 8 metros de alto y con un peso de 8 toneladas, conocida como La giganta o El gigante, porque según dijo Cuevas se había inspirado en dos poemas notables La giganta de Baudelaire y La giganta del veracruzano Salvador Díaz Mirón.
Beatriz del Carmen Cuevas

Academia # 13 fachada del exconvento antes de ser remodelada para el museo



Historia del Convento de Sta. Ines y creación del Museo JLC


La fundación del convento y templo fue promovida por Diego Caballero e Inés de Velasco, marqueses de la Cadena y construida en los terrenos de la familia de la esposa. En la Nueva España a finales del siglo XVI, había diez conventos de distintas reglas, eran muy costosos y las damas que querían entrar a ellos, deberían de dar dote. El Marqués propuso crear un convento en que no se cobrara y la manutención total fuera gratuita para todas las monjas.

Planta del Convento de Santa Ines
Mediante la Bula Papal de Clemente VIII se obtiene el permiso en el año de 1596 y Cédula del rey Felipe II en 1598, iniciándose la investigación correspondiente por parte del Virrey Gaspar Zúñiga y Acevedo sobre el terreno donde se fundaría el convento y de donde saldrían los recursos para la manutención de sus habitantes.
Hay documentos en el Archivo General de la Nación que señalan que saldrían de una donación de 5000 pesos oro común al año, garantizados por la producción del ingenio Amilpas en Cuautla, propiedad de los marqueses.
El templo se termina en 1599; año en que Inés Velasco muere, y ahí es enterrada. La fundación del Convento de Nuestra Madre Santa Inés se efectúa el 17 de septiembre del año 1600, habiendo tenido 33 lugares disponibles, uno por cada año de la vida de Jesucristo dotándose de sirvientes para todos los quehaceres.
Los servicios en el Convento iniciaron unos meses antes de la inauguración con cuatro monjas concepcionistas que renunciaron a sus dotes y se comprometieron a nunca regresar al convento que dejaban.
Las monjas además de enseñar la oración, la educación de los niños en quehaceres domésticos, elaboraron productos que se hicieron famosos como las velas benditas el día de San José, los polvos purgantes y un agua para el mal de ojo.
Al principio del siglo XVIII el convento necesitó una primera reparación debido a las constantes inundaciones que sufría la ciudad. Así es que fue reparado y posteriormente ornamentado con pinturas del artista mexicano José de Ibarra.
El conjunto conventual estaba formado por la Iglesia y tres claustros de dos niveles cada uno. En la planta baja, se ubicaba la sala de visitas y la sala de profundis y en la parte superior los dormitorios y biblioteca. 
Los confesionarios que aún existen, constaban del mismo en la iglesia empotrados a la pared lateral del claustro y allí se ubican unas celosías desde las cuales y sin salir a la calle, las monjas se confesaban.
A fines del mismo siglo hubo que hacer reparaciones mayores pues un taller de carrocería y herraduría que fue construido junto, lo afectó a tal punto que casi se derrumba y como lo que el virreinato subsidiaba no cubría las reparaciones, les dio permiso para el disfrute de una rifa de billetes de la lotería. Manuel Tolsá dio el dictamen de reedificación y posiblemente también ejecución, por lo que se hizo llamar “El arquitecto del Convento de Santa Inés y sus fincas urbanas”. Así es que su claustro y fachada se reconstruyeron con el estilo neoclásico en boga.
En 1816 fue su reapertura y las monjas que ingresaron ya lo hicieron con dote ya que también hubo desfalco por parte del administrador y ya no se pudo seguir con el mantenimiento de sus habitantes.
En 1861 la expropiación de los bienes eclesiásticos hizo sufrir un cambio definitivo en el convento, solamente había 17 monjas que fueron trasladadas al Convento de Santa Teresa la Nueva y fueron enclaustradas completamente en 1863. En el segundo imperio volvieron a su edificio pero a la muerte de Maximiliano fueron obligadas a desocupar el inmueble definitivamente.
Después fue dividido y vendido a particulares y sus claustros convertidos en vecindades. Fue declarado Monumento Histórico en 1932 siguiendo ocupado hasta 1967 en que fue usado para el comercio de trapo y tela.
Con las exploraciones arqueológicas para la remodelación después del temblor se lograron el nivel de piso de la fundación en el siglo XVII en el área de pasillos y escalera a una profundidad de 1.80 m por debajo del actual y también quedaron al descubierto parte de las columnas originales, así como las losetas de piedra del mismo siglo.
Siguiendo las excavaciones fue localizada una fuente de agua en la parte central en el patio del claustro, de forma hexagonal con tres adaptaciones e igual número de tomas de agua provenientes de la calle alimentadas por tubería de plomo de 7 centímetros de diámetro. 
Debajo de la fuente se localizó un piso de losetas de cantera rosa a 2.65 m de profundidad y sobre estas se localizaron restos de muros de mampostería y la base cuadrada de una columna de cantera.
Estos son vestigios de las casas que existían con antelación a la fundación del convento. También dentro del patio fueron encontrados arriates redondos y ovalados con muros de poca altura que contenían raíces de árboles.
El proyecto de restauración terminó en 1988 dejando un tiempo para la museografía del Museo José Luis Cuevas. Muchos de los vestigios encontrados fueron tapados como la fuente del patio que actualmente se encuentra a los pies de la Giganta.
Lo mas interesante de los hallazgos que se localizaron a 0.60 m de profundidad fue una variedad de azulejos de unos 45 tipos, de alguna remodelación del siglo XIX.
Algunos vestigios permitieron conocer el esplendor del edificio como es el caso de la pintura mural con muestras de diseño en color rojo, negro y azul que se puede observar bajo la escalera y un medallón del pasillo poniente.
Algunos vestigios permitieron conocer el esplendor del edificio como es el caso de la pintura mural con muestras de diseño en color rojo, negro y azul que se puede observar bajo la escalera y un medallón del pasillo poniente.
 Edificio en 1920
Creacion del Museo José Luis Cuevas

Vecindad en 1975. Fototeca Culhuacan /751-47
CNCA-INAH, México.
En el año de 1983, siendo responsable de la Dirección Cultural del Gobierno del Distrito Federal, recibí la instrucción de  darle curso a la solicitud hecha por los Sres. Cuevas, en la cual, deseaban un inmueble para albergar el acervo de la obra plástica que el propio maestro Cuevas había coleccionado durante toda su vida.
Pedimos al “Consejo del Centro Histórico” la localización de un edificio con características históricas y que tuviera también las condiciones adecuadas para instalaciones museológicas.
El vocal ejecutivo de ese consejo era entonces el arquitecto Luis Ortiz Macedo, quien designó a la investigadora Lourdes Romano para que en un minuciosos trabajo de campo presentara por lo menos tres opciones. Estas fueron:
  1. La Alhóndiga de la Ciudad de México, conocida más tarde como la Casa del Diezmo, ubicada en el número diez de la calle de la Alhóndiga.
  2. Otra opción fue una casa en la calle de República de Guatemala.
  3. Finalmente el que fue elegido por sus características es el claustro del Convento de Santa Inés, institución fundada a finales del Siglo XVI para hijas de españoles pobres. Este fragmento del edificio fue en diversas épocas cuartel, vecindad y cajones de venta de telas
El maestro Fernando Gamboa y yo, visitamos los tres espacios coincidiendo que el adecuado era éste.
El inmueble era propiedad privada. Así que el Regente de la Ciudad, en aquellas fechas, el C.P. Ramón Aguirre gestionó ante la Secretaría del Patrimonio Nacional la adquisición del mismo y que lo pusiera en comodato al Gobierno de la Ciudad, etiquetado como recinto para las obras que donaría José Luis Cuevas. En noviembre de 1988 el propio regente hizo la entrega del edificio para albergar la colección donada.
A partir de entonces se iniciaron los trabajos de adaptación, restauración y museología en su primera etapa. Los encargados de la adecuación fueron los arquitectos Pilar y Javier Carballo quienes lo dejaron como un recinto utilizable. La segunda etapa fue la de restauración y museología. Se llevó a cabo durante la Regencia del Lic. Manuel Camacho Solís y bajo la responsabilidad del arquitecto Jorge Gamboa de Buen, Director General de Reordenamiento Urbano. El despacho del arquitecto Alejandro Rivadeneira fue el  encargado del proyecto. La supervisión del mismo se le encomendó al arquitecto Alejandro García Lara.
Los temblores del 1985 causaron innumerables daños en los edificios históricos del Centro de la Ciudad de México y en muchos comenzó inmediatamente su restauración por las instituciones que correspondían como el INBA, INAH, y SEDUE, además de buscarles una nueva función acorde, para su conservación en el futuro.
El edificio, antes del temblor había sido usado, como muchos otros edificios del Centro de la ciudad para viviendas y venta de telas, retazos y trapos. Su estructura estaba un poco afectada, por lo tanto sus ocupantes no lo abandonaron. Solamente estaba ocupado al 50% de su capacidad, generando espacios abandonados que fueron ocupados por vendedores ambulantes quienes ya habían provocado un incendio, por lo que era urgente recuperar este patrimonio nacional.
Como el proyecto fue de carácter interdisciplinario, por lo que, arqueólogos, historiadores, restauradores, arquitectos e ingenieros fueron coordinados por la Subdirección de Sitios Patrimoniales del D.D.F y el entonces Departamento de Salvamento Arqueológico del INAH.
El trabajo de investigación arqueológica e histórica fue para apoyar la reestructuración y restauración del edificio y documentar la historia de éste, que estaba ubicado en la calle de Academia #13. Edificio que ocupó el convento de Santa Inés, contigua al templo del mismo nombre y la esquina con la calle de Moneda.
El objetivo general de la recuperación y restauración fue cumplido al recobrar el edificio sus valores arquitectónicos, estéticos e históricos. Ahora es Museo de Arte Contemporáneo dentro de un recinto valorado en su dimensión  histórica y al alcance del público en general.
Así fue posible que el 8 de julio de 1992, se inaugurara este museo en forma relevante por el entonces Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari. Asistieron a este evento una gran cantidad de personas, destacándose muchas de ellas, entre lo más representativo de las artes plásticas y de los intelectuales.
Salvador Vázquez Araujo
apoderado de la fundación JLC


Síntesis Cronológica
1595
El hacendado y Marqués de la Cadena, Diego de Caballero y su esposa Inés de Velasco, manifiestan el deseo de fundar un monasterio en su propia casa, asumiendo la manutención de 33 religiosas, una por cada año de vida de Cristo en la tierra.
1596
El Papa Clemente VIII emite la bula aprobatoria dirigida al arzobispo de México, especificando que estuviera dedicado a Santa Inés, virgen y mártir, y  observara la regla de las clarisas o la de las concepcionistas
1598
Felipe II autoriza la fundación mediante real cédula enviada al Virrey Gaspar de Zuñiga y Acevedo, Conde de Monterrey.
El maestro de arquitectura Alonso Martínez López inicia la construcción.
1599
Se termina la construcción del convento. Muere Doña Inés de Velasco y es enterrada ahi.
1600
Llegan las fundadoras: una abadesa, tres monjas y una novicia provenientes del convento de la Concepción, el más antiguo y rico de la capital para recibir a las postulantes, quienes tendrían que ser doncellas españolas, huérfanas y pobres.
1768
Miguel Cabrera, el pintor guadalupano por excelencia y José de Ibarra son enterrados en la iglesia, ante uno de cuyos altares se reunía la cofradía de los pintores.
1785
Interviene en la construcción del templo el arquitecto Francisco Antonio Guerrero y Torres, quien sustituye el techo de dos aguas por una bóveda provista de cúpula octagonal recubierta con azulejos amarillos y azules.
1795
El establecimiento de un taller de herrería y carrocería en terreno adyacente afecta su estructura y la tranquilidad de sus moradoras.
1798
El arquitecto Antonio Velásquez dictamina su inminente derrumbe
1815
Agotados sus bienes, las monjas recurren a la rifa de billetes de la Real Lotería para financiar la compostura, encomendada al insigne Manuel Tolsá, quien se titulaba “arquitecto del convento de Santa Inés y sus fincas urbanas”.
1861
Al reducir los conventos, la ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos (1859), origina la primera exclaustración. Las ineses se trasladan al convento de Santa Catalina de Siena. El monasterio se vende por lotes en montespíos para ayudar a huérfanos y viudas de guerra. Se transforma entonces en vecindad, mientras que la iglesia pasa a ser almacén. Es derribada su torre al considerarla peligrosa para la seguridad del Palacio Nacional.
1863
El decreto que extingue las comunidades religiosas provoca otra exclaustración, lo que obliga a ineses y catalinas a vivir de dos en dos en casas particulares.
1864
Durante el segundo imperio se permite a las monjas de Santa Catalina comprar lo que quedaba del claustro, invitando a sus antiguas propietarias a compartirlo, encontrándose  con que al otro lado del patio vivían alrededor de mil soldados franceses. Subsiguientes exclaustraciones derivadas de la convulsa situación política las lleva a refugiarse en los conventos de San Jerónimo y Regina Coeli.
1932
Es declarado Monumento Histórico
1934
Se agrega un entrepiso para viviendas en el deambulatorio del costado sur.
1967
La vecindad se transforma en bodega y expendio de telas
1975
José Luis Cuevas había reunido una gran colección de obras internacionales con el deseo de crear un museo que llevara su nombre. Es apoyado por un grupo de amigos artistas e intelectuales. Lo solicitan al Regente de Ciudad, el C.P. Ramón Aguirre Velásquez
1983
El Consejo del Centro Histórico, presenta 3 opciones para la creación del museo José Luis Cuevas. Fue escogido el Claustro del Convento de  Santa Inés
1988
El Regente de la Ciudad hizo la entrega del edificio para albergar la colección donada por el Maestro José Luis Cuevas.
1989
Se iniciaron los trabajos de adaptación.
1990 Se llevó a efecto la segunda etapa de restauración y museología
8 de julio de 1992
Se inauguró este museo de forma relevante por el entonces Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari.  Desde entonces la escultura La Giganta ubicada en el centro del museo es quien simboliza al mismo.


 Las imágenes fueron captadas por Tina Modotti dos años antes del suicidio de la intelectual

Presenta La Jornada fotos inéditas de Antonieta Rivas Mercado

Solecito El próximo año se le realizará un homenaje con la Orquesta Sinfónica Nacional y otro en el Munal Solecito Fue una de las primeras activistas políticas y de las principales mecenas de artistas
MONICA MATEOS-VEGA
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Antonieta Rivas Mercado FOTO Archivo de Juan Ruiz Cardenas
El investigador Juan Ruiz Cárdenas, quien lleva más de dos décadas recopilando información y material documental de Antonieta Rivas Mercado (1900-1931), da a conocer por conducto de La Jornada dos fotografías inéditas de una de las mujeres que más influyó en la cultura del México de principios del siglo XX.
Se trata de dos retratos captados por la italiana Tina Modotti (1896-1942), alrededor de 1929, apenas dos años antes del suicidio de Antonieta. Provienen de una sesión fotográfica que se realizó en el estudio del pintor Manuel Rodríguez Lozano (1896-1971).
Las imágenes pertenecen al archivo que Rodríguez Lozano heredó a Conchita Bermúdez y su esposo, el pintor Nefero, y fueron realizadas durante una de las épocas más intensas en la vida de Rivas Mercado cuando, entre otras actividades, impulsaba la conformación de la Or-questa Sinfónica de México (fundada el 4 de septiembre de 1928), sobrellevaba un divorcio difícil y peleaba por la custodia de su único hijo.
A esa misma sesión pertenecen algunas de las fotos incluidas en un libro realizado por Andrés Henestrosa, amigo de Antonieta. Ella fue la editora de su libro Los hombres que dispersó la danza y él la presentó, en 1928, con José Vasconcelos, de quien Rivas Mercado se enamoraría y apoyaría febrilmente su carrera en pos de la Presidencia del país.
Juan Ruiz Cárdenas informó también que se encuentra en pláticas con la recién creada Fundación Rivas Mercado para entregarle su archivo sobre Antonieta.
La asociación comenzó labores en septiembre del año pasado. Su compromiso es difundir la vida y obra tanto del arquitecto Antonio Rivas Mercado como de Antonieta, explicó a La Jornada Ana Kuri, directora de la fundación.
"Queremos crear centros socioculturales comunitarios para los niños y jóvenes de áreas marginadas. En particular, enfocaremos nuestra labor en el trabajo con niños de la calle, los cuales tienen un potencial artístico impresionante, están ávidos de cultura. Sólo falta saberles llegar. Con ello continuamos la labor que inició Antonieta a principios del siglo pasado", detalló Kuri.
Agregó que se encuentran en pláticas con el Instituto Nacional de Bellas Artes para organizar, en 2006, una función de gala con la Orquesta Sinfónica Nacional en honor de Carlos Chávez y Antonieta Rivas Mercado, así como una magna exposición en torno al universo de Antonieta, la cual podría realizarse en el Museo Nacional de Arte.
Apasionada de la libertad
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Antonieta Rivas Mercado y Federico García Lorca, en 1929 FOTO Archivo de Juan Ruiz Cardenas
Mecenas de diversos artistas y proyectos culturales; traductora, ensayista, actriz; una apasionada del arte, pero también de la libertad, Antonieta Rivas Mercado "tenía una vena literaria maravillosa", señala Ruiz Cárdenas, quien recomienda a quienes apenas la conocen que lean México en 1928. Crónica de la campaña vasconcelista, "porque describe uno de los primeros fraudes electorales cometidos en México, y si bien habla de un país que ya no existe, plasma situaciones que se siguen repitiendo. Claro, también recomiendo que lean sus cartas, para que vean que no por ser mujer calló su amor o esperó que le dijeran que la querían".
En complicidad con Rodríguez Lozano y el grupo cultural Contemporáneos (con Salvador Novo y Xavier Villaurrutia, primordialmente) Antonieta fundó y financió el Teatro Ulises, para llevar a escena obras europeas de vanguardia, de autores como Jean Cocteau, Eugene O'Neill y Claude Rogers Marx, entre otros.
El 13 de noviembre de 1927, Antonieta escribió a su amigo Alfonso Reyes: "Aproximadamente hará un mes que nos vimos un grupo de amigos con el fin de hacer teatro. Se trataba con un solo gesto, de abarcar un mundo. Crear un centro, aquí donde reina la dispersión. Divertirnos, arduo propósito en tierra de tristes y sanguinarios. Hacer otra cultura, donde bien pocos saben qué es cultura, y de paso, sacar de la nada al teatro mexicano".
La correspondencia entre Reyes y Antonieta fue recopilada recientemente por Antonio P. Rivas, publicada por la editorial Aladas Palabras. El libro se presentó el pasado 2 de agosto en la Capilla Alfonsina.
Antonieta fue "ferozmente antiyanqui; una declarada opositora al régimen político del Partido Nacional Revolucionario -antecedente del PRI-, una mecenas al estilo de Victoria Ocampo o de Anna de Noailles, una vanguardista o, presumiblemente, feminista; o una suicida inmolada por la pasión amorosa", escribe Fabienne Bradu en la introducción de la biografía Antonieta (FCE, 1991).
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La imagen de Antonieta Rivas Mercado fue captada en el estudio del pintor Manuel Rodríguez Lozano en 1929 FOTO Tina Modotti
Otro gran amigo de Antonieta fue Federico García Lorca, a quien conoció en 1929, cuando el poeta granadino radicaba en Nueva York. De ese encuentro quedaron un par de fotografías que actualmente pertenecen a la Fundación Lorca de España y que fueron publicadas en diversos diarios con motivo del centenario del natalicio del autor de Romancero gitano, en 1998.
Casi ninguna publicación consignó entonces que entre "los amigos" con los que Lorca paseaba por el campus de la universidad neoyorquina se encontraba Antonieta. No obstante, Juan Ruiz encontró en un compilación de cartas de Lorca a su familia estas líneas escritas por el poeta, la primera semana de noviembre de 1929:
"Os mando una fotografía en la que estoy con María Antonieta Rivas, una mejicana millonaria, fundadora de la revista Contemporáneos y el Teatro Ulises de México, gran amiga mía; y de una muchachita hindú bailarina que es una preciosidad; y de un pianista de Hawaii muy bueno, que ha tenido gran éxito en Nueva York.
"Son tres raros, desde luego. Pero inteligentes y muy artistas los tres (...) Estos amigos vinieron a recogerme hace tres domingos para pasar la tarde juntos."
El libro Obras completas de Antonieta Rivas Mercado, compilado por Luis Mario Schneider y que incluye el diario de la escritora, detonó en Juan Ruiz Cárdenas su pasión por la hija del arquitecto porfirista Antonio Rivas Mercado, diseñador de la columna de la Independencia y director de la Academia de San Carlos.
Fue en un libro de Isaac Rojas, editado por la Universidad Veracruzana, donde el investigador vio por primera vez una foto de Antonieta: "Ella irradia algo. Más que belleza, fortaleza. Ella tendría que ser un ejemplo para las mujeres de hoy, quienes deberían participar más, tanto en la política como en la cultura, como lo hizo Antonieta.
"A cuenta gotas he hecho esta investigación. Quiero aportar lo que he encontrado para que Antonieta siempre esté vigente, y para que todo el material se quede en México", concluyó Ruiz Cárdenas.
Rodríguez Lozano en el Munal
Teresa del Conde/ I
H
oy día en esta ciudad se revisan mediante exposiciones monográficas a tres pintores: Roberto Montenegro, Ricardo Martínez y el que ahora me ocupa: Manuel Rodríguez Lozano.
La muestra, con todo y faltantes negados por algunos coleccionistas e instancias, es la más completa que se le ha brindado, pues ofrece el meollo de su trayectoria pictórica en su contexto. Hay demasiados misterios en su vida imposibles de develar a través de su pintura, pues ese intento, a tanta distancia, únicamente redundaría en sobreinterpretaciones.
La exposición de Rodríguez Lozano, el catálogo próximo a aparecer y el ciclo de conferencias que acompañan su vigencia suscitará la necesidad de ahondar en su problemática, como ya sucedió en parte a través de la publicación de la entrevista a Raquel Tibol, efectuada por el curador el 6 de junio pasado.
En parte versa sobre el hurto del que se le acusó injustamente, cuando fungía como director en la ENBA (Escuela Nacional de Bellas Artes, hoy de Artes Plásticas), endilgándole haber sustraído o perdido grabados de Durero y de Guido Reni, que aparecieron por casualidad hasta 1966.
Durante su consecutivo encarcelamiento en Lecumberri, el artista pintó La piedad en el desierto, el mural transportable que no falla en llamar la atención en la sala de los murales del Palacio de Bellas Artes. Es interesante percibirlo ahora adherido a su propia producción y, sobre todo, calibrar la diferencia que existe entre ese trabajo al fresco de 1941 y la versión al óleo de 1945 que también se exhibe. Eso, por sí sólo, amerita la visita al Museo Nacional de Arte (Munal) por pintores actuales.
La exposición abarca trabajos desde 1922 hasta 1958, si bien el pintor de vida tan callada y carácter difícil, falleció en 1971. ¿Por qué decidió abstenerse de pintar durante la etapa postrera de su vida?, sus razones quedan en la incógnita,
La curaduría, a cargo de Arturo López Rodríguez, está dividida en rubros. La muestra abre con una pintura muy plana (a mi juicio), que ha sido poco vista. No se optó por visión cronológica. Al ingreso sigue la visión de su etapa denominada colosal, dado que en ella se inscribe el cuadro del personaje visto de espaldas titulado El coloso (que no es afortunado)más otras pinturas que integran la que quizá sea una de las dos modalidades con las que tendemos a identificarlo en mayor medida.
En esta sección destacan Las parcas, tres mujeres de enormes extremidades inferiores que devanan una bola de estambre rojo, lo que da el título a la escena. El empleo del color es algo en lo que hay que poner mucha atención, sus usos en ese aspecto guardan relación con las visiones que tuvo de las vanguardias parisinas, practica la figuración como si fuera un artista abstracto.
Siempre afirmó que fue autodidacta, cosa que no necesariamente es cierta, porque durante su estancia europea pasó lapso sobrado en San Sebastián, donde el tiempo liberado del que disfrutaba pudo ponerle en contacto con maestros de la región. Fue tan buen dibujante que Picasso le obsequió un grabado que dedicó al gran dibujante Rodríguez Lozano, creo que lo hizo porque sus dibujos, llamémosles académicos, guardan reminiscencias de Ingres y Picasso; vaya si admiraba a Ingres.
Rodríguez Lozano puso énfasis en la influencia que recibió de Picasso, pero ya viendo de cerca, me parece que ni aun en la etapa gigantística o colosal su opción se base en el periodo Dinnard del malagueño.
Otra pintura en esta sección, El Verdaccio, se integra de dos figuras; una mujer arrodillada vista de perfil parece secar o limpiar la piel del enorme joven sentado y frontal que se mira en un espejito. No es que éste sea verde, sino que el término alude a su lozanía: él es todavía verde, eso quiere decir la palabra verdeggiante. Quizá el autor escogió el título atendiendo a su apellido, se sintió lozano y en cierto sentido todavía verde.
El título del segundo apartado un fauvismo mexicanista me parece menos afortunado, pues veo pocos o ningún eco fauve en sus obras que están en perfecto contexto con la llamada contracorriente a la que ha aludido Jorge Alberto Manrique.
Ésta se inserta, desde luego, en la escuela mexicana de pintura, en cuanto a obra de caballete (no en los murales) de esa época. Así como en el primer rubro se incluyó, muy pertinentemente, una obra lozaniana de Francisco Zúñiga, en éste hay piezas de sus discípulos y amigos-amantes Tebo y Nefero. Puede verse su autorretrato de 1924 en el estilo que fue propio de Abraham Ángel. Se le ve de frente, vistiendo una gabardina muy europea de cuello levantado. Es un dandi ante un villorio.

lundi 25 juillet 2011

Se dio a conocer un ensayo del autor que une astronomía y poesía
Preparan catalogación y publicación de las obras completas de Antonio Alatorre
Carlos Paul
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de julio de 2011, p. a11
Las obras completas del escritor, filólogo y traductor mexicano Antonio Alatorre (1922-2010) se encuentran en proceso de ser catalogadas para luego ser publicadas por el Colegio Nacional, informó su hija Silvia Alatorre, al concluir la presentación del libro El heliocentrismo en el mundo de la habla hispana,escrito por su padre.
Martha Lilia Tenorio, discípula del maestro Alatorre, trabaja en sus archivos.Vamos despacio, y en cuánto podamos se editarán sus ensayos, algunas cosas que escribió para niños, así como textos que nunca se publicaron. En cuanto a sus traducciones, aún no se sabe cómo se manejarán.
Aunque no se ha definido qué editorial se encargará de la edición de las obras completas, Silvia Alatorre comentó que con el Colegio Nacional se tiene cierto compromiso.
La idea es tratar de sacar de manera paralela tanto su obra monumental como la de más fácil acceso, detalló la hija, y adelantó que en fecha próxima se publicará una pequeña novela escrita por el maestro Alatorre, cuyo título es La migraña.
En tanto, la noche del miércoles pasado se llevó a cabo la presentación del ensayo El heliocentrismo en el mundo de la habla hispana, en el que el investigador Antonio Alatorre, de manera apasionada y crítica, hace un recuento del proceso histórico en torno al modelo astronómico entretejido con la historia de la poesía hispanoamericana.
Publicado por el Fondo de Cultura Económica, el ensayo fue comentado en una charla entre el poeta David Huerta, el escritor y químico Carlos Chimal y Martí Soler.
El heliocentrismo en el mundo de la habla hispana es un libro escrito en dos tiempos o dos canales: arriba el texto principal y abajo sus notas, las cuales no son sólo bibliografías al pie de página, sino textos extraordinarios que deben ser leídos, destacó Huerta.
El maestro Alatorre presenta en su brillante y afable ensayo personajes y hechos históricos que contribuyeron con su conocimiento científico y astronómico al devenir y consolidación del pensamiento heliocéntrico. Son como la punta de los hilos, que el lector debe ampliar con su curiosidad. Es un libro que invita a seguir leyendo continuamente, que lleva a otros libros y a otros saberes, y de manera amable obliga a pensar.
Aquí, por ejemplo, “las visiones geocéntrica y heliocéntrica del mundo están ilustradas respectivamente con poemas de Francisco de Aldana y Fray Luis de León. Y el ‘triunfo’ del heliocentrismo, como verdad indiscutible de que el centro de nuestro sistema solar es el Sol, se encuentra en un poema romántico neoclásico de Manuel José Quintana, al final del libro”.
Para Chimal, en este ensayo se entretejen de manera maravillosa la ciencia y la literatura. El maestro Alatorre expone las ideas de manera clara y concisa, pero sobre todo imaginativa, pues no hay que olvidar que además de notable traductor y filólogo, fue un gran escritor.

samedi 23 juillet 2011

Inauguraron muestra del fotoperiodista en un tramo del camellón de Reforma
Exhiben al aire libre estampas del antiguo DF, de Manuel Ramos
Los transeúntes pueden hacer un recorrido por las transformaciones en la ciudad de México
El archivo del artista ha sido rescatado de manera independiente y digitalizado en 80 por ciento
Foto
Vista parcial del Zócalo y del edificio del Antiguo Palacio del Ayuntamiento de la ciudad de México, con la Catedral al fondo, fotografía de Manuel Ramos incluida en la exposición del fotoperiodista
Ana Mónica Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de julio de 2011, p. 3
Estampas de la urbe de antaño, que hoy son motivo de añoranza, captadas por Manuel Ramos, forman una selección de más de 40 imágenes del vasto acervo del fotoperiodista reunidas en la exposición Ramos para todos: paseando por la ciudad, que fue inaugurada este jueves.
Manuel Ramos (San Luis Potosí, 1874-1945) es uno de los pioneros del fotoperiodismo en México. De su legado, casi sin explorar –que consta de alrededor de 11 mil piezas, como vidrios, acetatos, nitratos y algunos documentos personales–, se integró la muestra que está a disposición de los transeúntes sobre el camellón de Paseo de la Reforma (casi frente al número 222, muy cerca de la glorieta de la Palma).
Las obras de Ramos permiten al espectador observar una urbe distinta a la actual y percatarse de las transformaciones que ha experimentado la metrópoli.
Hizo fotografías sobre diversos temas de la vida cotidiana, la arquitectura, las céntricas y emblemáticas calles y avenidas, además de mostrar diversos retratos y sorprendentes ángulos de la capital.
En el recorrido por la galería al aire libre se observa cómo fue construido el edificio de la Lotería Nacional y el segundo piso del Palacio Nacional, al tiempo que se recuerda al emblemático Hotel Regis, así como algunos detalles sobre las fiestas del centenario, la creación de distintas calles como 20 de Noviembre y paisajes donde sobresalen el Ángel de la Independencia y el Palacio de Bellas Artes.
Otras imágenes del Archivo Manuel Ramos muestran aspectos nocturnos de la calle San Francisco y fotografías de cómo se realizaban los cortejos amorosos.
El tráfico de carruajes en el Zócalo, antiguos palacios y la Catedral Metropolitana son otras de las estampas que captó Ramos a finales del siglo XIX y principios del XX.
Difunden el legado del artista
Manuel Ramos fue muy católico y retrató la imagen de la Virgen de Guadalupe sin el cristal, así como la Revolución, las fiestas del centenario, el movimiento cristero y como inspector de monumentos coloniales tiene un vasto registro de la ciudad, explicó Elia del Carmen Ramírez Bocardo, coordinadora general del rescate y difusión del archivo del fotógrafo.
Ese acervo, prosiguió, ha sido rescatado de manera independiente desde 1995 y actualmente se ha digitalizado en 80 por ciento. Gran parte de las imágenes permanecen inéditas y en ellas se atestigua la vida política, social, cultural y religiosa de las primeras cuatro décadas del siglo XX.
“La idea es difundir el legado del fotoperiodista y presentarlo tanto en recintos cerrados y abiertos como en museos y en casas de cultura.
“De hecho –subrayó– a finales del siglo XIX las fotografías de Ramos se publicaron en Excélsior, El Fígaro y El Mundo Ilustrado.
La exposición, cuya protagonista a la ciudad de México, evidencia las transformaciones que ha tenido y está basada en la documentación fotográfica que Ramos realizó sobre el panorama visual en una época en la que lo novohispano era demolido para dar paso al progreso y la modernidad, manifestó Alejandra Gilling Navarro, coordinadora del circuito de Galerías Abiertas de la Secretaría de Cultura del Gobierno del DF.
La muestra se realiza con el apoyo del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México, en colaboración con la Autoridad del Centro Histórico, la Secretaría de Cultura del DF y La Casa de los Árboles de Apizaco, AC.

vendredi 22 juillet 2011

Sentiría orgullo de ver las fotos de sus abuelos analfabetos en San Ildefonso: Pilar del Río
Abrirá UNAM exposición sobre la intensa relación de José Saramago con México
Por primera vez, se verá aquí la muestra más completa alusiva a su trayectoria
La novela que dejó inconclusa se publicará; será un aldabonazo a las conciencias, adelanta su viuda
Foto
Cuaderno de tapas negras con notas manuscritas para la redacción de su novela Memorial del convento, 1982, incluidos en la exposición del Nobel portugués que se abrirá en San IldefonsoFoto Archivo Fundación José Saramago
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 22 de julio de 2011, p. 5
Madrid, 21 de julio. Para Saramago hubiera sido un orgullo y una alegría enorme ver colgadas las fotos de sus abuelos analfabetos en las paredes del Antiguo Colegio de San Ildefonso de la ciudad de México, señaló Pilar del Río, compañera, traductora y presidenta del consejo de administración de la Fundación José Saramago.
Respecto de la exposición José Saramago: la consistencia de los sueños, Del Río explicó que habrá muchas y grandes novedades en contraste con la que se montó en 2007 –que sólo se pudo ver en España, Portugal y Brasil–, ya que se expondrán documentos inéditos sobre sus últimos días, así como objetos y textos sobre su intensa relación con México.
El próximo sábado, en el Centro Histórico de la ciudad de México, se podrá ver por primera vez la muestra más completa sobre la trayectoria vital, literaria y política del Nobel de Literatura portugués y uno de los intelectuales más influyentes y comprometidos del siglo XX.
Ahí estarán las fotografías de sus abuelos analfabetos, pero muy sabios –como solía insistir Saramago–, sus credenciales de los primeros años de escuela, sus primeros pasos en su pueblo natal, Azinhaga.
“Las otras veces que la muestra ha podido verse, ya sea en España, Brasil o Portugal, para nuestra suerte, la de los que nos consideramos saramaguianos, era una exposición abierta, con futuro. Ahora está el final de Saramago, sus últimos libros, su muerte. Lo que queda abierto es lo que vamos a hacer nosotros con sus libros y su memoria.
Tengo la impresión de que hacemos justicia al ser humano que pensó, escribió, se nos entregó cada día sin guardarse nada. Porque, y eso se documenta en la exposición, la generosidad de Saramago sólo es comparable con su capacidad de amar. Y su necesidad de ser querido, señaló Pilar del Río en entrevista con La Jornada.
Compromiso con el zapatismo
En la exposición, aunque no de forma específica, también se podrá ver la intensa relación de Saramago con México; su compromiso indeclinable con las causas del zapatismo, sus viajes a la selva Lacandona, sus críticas primero al régimen priísta y después, con la misma virulencia, los efectos de las políticas conservadoras de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.
México estaba tan presente que aparece siempre en relación con José, explicó Del Río.
La compañera de Saramago también es una de las principales impulsoras de su legado literario, su pensamiento, sus ideas, su compromiso vital. Por eso cree importante que también esté la postura crítica que siempre mantuvo hacia el poder, hacia un sistema que él como el comunista libertario que siempre fue, veía con recelo por las desigualdades estructurales que generaba.
Foto
Fotografía de José Saramago, ca. 1974Foto Archivo Fundación José Saramago
“Cuando habla de que esta democracia es una mierda, por ejemplo. Y no es que Saramago no fuera demócrata, es que quería más democracia. Lo que pasa es que él no atribuía todos los males del mundo al poder. Porque para que el poder corrompa tiene que haber quien se deje corromper.
“Saramago esperaba poco del poder, como quedó claro en su libro Ensayo sobre la lucidez, en quienes tenía depositadas sus esperanzas era en los ciudadanos, que algún día tendrían que reaccionar ante tantos abusos, atropellos, crímenes. Él decía que no había una crisis económica, sino moral, y ante este crimen contra la humanidad que es la crisis, sólo podría haber una insurrección moral de las personas. Que están machacadas, sin trabajo, con mil problemas, pero que necesitan tomar las riendas de sus vidas y decir al poder si quieren seguir siendo siempre pobres y víctimas, o si eso ya se ha acabado.”
Pensar en las armas
Del Río reconoció que a Saramago le hubiera emocionado mucho ver la exposición en un sitio tan sobrio y hermoso como San Ildefonso: Lo conocía y no sabes qué dolor siento de que no pueda ver la exposición... Sería un orgullo, una alegría tan grande para él ver a sus abuelos analfabetos colocados en un lugar tan impresionante.
La compañera de Saramago adelantó que sí se publicará la novela que dejó inconclusa y que, otra coincidencia con México, habla precisamente de uno de los fenómenos que más afectan a nuestro país: la violencia desatada y enquistada en gran medida por el flujo del tráfico de armas.
Se publicará, pero no este año. Se pretende que además de un hecho literario sea un hecho moral. Es un tema que en México es especialmente sensible: las armas. Saramago se enfrentó a ese asunto en los últimos meses de su vida. Y cuando esas páginas aparezcan, tiene que ser de tal manera que todos nos pongamos a pensar. Insisto: tiene que ser un aldabonazo en las conciencias. Si no, no hubiera merecido la pena el esfuerzo que hizo, sabiendo que se iba a morir, al abordar ese trabajo. Y con la profundidad, la perspectiva ética, la agilidad con que lo hizo... Quiero que todo mundo conozca estas páginas, pero de la mejor manera.

jeudi 21 juillet 2011

En el Museo Nacional de Antropología se inauguró una exposición con más de cien vestigios
Invitan a admirar cabezas olmecas colosales y milenarias
Los enigmas alrededor de esa cultura mesoamericana todavía son muchos: experta
Prosiguen investigaciones en sitios como Tres Zapotes, El Manatí y La Merce, donde se han hallado ofrendas
Foto
Cabeza colosal 9 figura en la muestra que se puede visitar en el museo de Reforma y Gandhi, Bosque de ChapultepecFoto Mauricio Marat/ INAH
Ana Mónica Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de julio de 2011, p. 4
Más de un centenar de piezas de la enigmática cultura olmeca surgida hace 4 mil años participan en la exposición Obras colosales del mundo olmeca, que ayer fue inaugurada en el Museo Nacional de Antropología.
El acervo arqueológico –compuesto en su mayoría de esculturas de grandes dimensiones– es una opción en estas vacaciones para adentrarse en la cultura madre de Mesoamérica, cuyo mayor enigma radica en las causas de su desaparición.
Una serie de cabezas olmecas monumentales, vasijas, figurillas, estelas, vasos, ofrendas, hachas votivas, botellones negros, cerámica y jugadores de pelota destacan entre la variedad de piezas alusivas al vasto panorama de esa civilización, toda una invitación a conocer esas joyas halladas en diversas zonas arqueológicas del Golfo de México.
La más antigua de Mesoamérica
En un recorrido por la muestra sobresalen dos cabezas colosales de basalto, de aproximadamente 3 mil 200 años de antigüedad, conocidas como la 5 y la 9 –con un peso de entre cuatro y seis toneladas, respectivamente–, las cuales provienen del sitio prehispánico de San Lorenzo, Veracruz.
La efigie 5 de rostro masculino mide 1.82 metros de alto por 88.9 centímetros de ancho y 67.3 centímetros de espesor, y la 9, de 1.65 metros de alto, con 1.36 metros de ancho y 1.17 metros de espesor, se suman a otras dos de grandes dimensiones que se exhiben de forma permanente en el Museo Nacional de Antropología.
Erika Gómez, coordinadora de proyectos de exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia, dijo que la olmeca es la civilización más antigua de Mesoamérica y aseguró que prosiguen las investigaciones en sitios como Tres Zapotes, El Manatí y La Merce, donde se han descubierto varias ofrendas.
Los enigmas de esta civilización todavía son muchos, explicó, entre los que destacan las causas de su desaparición, su religión, el tipo de escritura y la lengua. Sin duda, las ofrendas que han sido descubiertas ofrecen datos y los especialistas tratan de descifrar aspectos relativos a la cosmovisión olmeca, sobre lo cual tampoco existen demasiados registros y evidencias.
Incluso, añadió, fueron excluidas 12 piezas de la exposición original que se exhibió con éxito en los museos de Artes del Condado de Los Ángeles y de Bellas Artes de San Francisco, en California.
Foto
Figurilla incluida en la exposición del Museo Nacional de AntropologíaFoto Roberto García Ortiz
El arqueólogo Miguel Báez fue quien hizo las adecuaciones correspondientes a la exposición en el Museo Nacional de Antropología.
Se pueden observar desde las majestuosas cabezas de seis toneladas hasta un objeto que mide tres centímetros. El guión museográfico alude a la época de esplendor de esa cultura (1800- 400 aC), así como a diversas piezas escultóricas representativas de jerarquía y poder. La tercera parte se refiere a las regiones influenciadas por los olmecas y finaliza con el legado de esta civilización.
También se exhiben otras piezas de gran formato, como el conjunto de esculturas los Azuzules, en alusión al sitio del mismo nombre en Veracruz. Se trata de tres objetos en los que fueron representados un jaguar y dos personajes que podrían ser dignatarios o altos sacerdotes, llamados Gemelos.
Acervos de varios museos
Otras obras son el Monumento 12, de Loma del Zapote, Veracruz, (1200-900 aC), El contorsionista (procedente de Las Choapas (1200-600 aC) y El jaguar danzante (de más de un metro de alto, que representa a un felino agazapado que fue hallado en Tuxtla Chico (600-300 aC).
La muestra originalmente fue curada por la especialista en arte Virginia Mary Fields, quien falleció recientemente, y está conformada por el acervo de diversos museos, como el de Antropología de Jalapa, el Tuxteco (Veracruz); Amparo (Puebla); Regional de Chiapas y Arqueológico de Tapachula (Chiapas); Parque Museo La Venta (Tabasco), y el de Antropología Palacio Cantón (Yucatán).
A Obras colosales del mundo olmeca le sucederá en octubre una exposición sobre la India, en un intercambio convenido entre los recintos organizadores.
El acceso al museo de Reforma cuesta 51 pesos, de martes a domingo de 9 a 19 horas. Entrada gratuita para menores de 13 años, estudiantes y maestros con credencial vigente; adultos mayores de 60 años, jubilados y pensionados. Domingos, entrada gratuita para el público nacional y a extranjeros residentes (con credencial vigente).